Ha sido
mucho más largo y tedioso de lo que yo podía haber imaginado pero, no obstante,
la experiencia ha sido igual de gratificante. Y como resultado este Gorgoneion.
Un relato de unas cuantas páginas que se ha ido construyendo lentamente en Pasando el Ludomingo con... Desde el principio con su Presentación, allá por diciembre de
2014 hasta su finalización en el Epílogo de marzo de este año, han pasado
muchas cosas en mi vida. Algunas buenas (pocas) y otras (muchas) trágicas que
no contaré por supuesto pero que han transformado, para bien y para mal, mi
primer taller/experimento literario. Lo primero que he aprendido realizándolo
ha sido encontrar y utilizar las herramientas adecuadas para conseguirlo o
mejor dicho para poder crearlo, lo secundario habrá sido su posible éxito o no,
ya que eso lo deciden otros. Sólo puedo estar seguro de una cosa, de su
estructura. Un proceso que empezó en un juego de mesa y acabó generando un
relato, más o menos pulp fantástico, donde quizás los mayores errores hayan
sido los técnicos pero donde me he divertido y he gozado al máximo. Primero
jugando al juego y después desarrollando las tramas y presentando a
sus protagonistas. Existen tres elementos insobornables, encontrados
en este camino creativo, que quizás si no lo hubiese llegado a finalizar, aún a
día de hoy sería inconsciente de ellos, aunque hayan sido compañeros desde el
principio. El analizarlo ayudó a resucitarlos para mi consciencia.
—FICHAS.
1. (El tamaño sí importa). Se convirtieron en nucleares a la hora de escribir, averiguar los pensamientos y seguir las aventuras de los tres investigadores por el milenario museo. Estas sencillas fichas se pueden comprar en cualquier librería y tendrían que ser de gran utilidad para nuestros jóvenes estudiantes. Las hay de todos los tamaños y diseño, yo elegí estas (foto) pero las hay más pequeñas o sin renglones. Lo más importante de todo es saber con qué juegas y utilizarlo en tu beneficio. Si eliges un tamaño pequeño, sabrás que lo que escribas, la información que sustraigas de tu partida, tendrá que ser proporcional al espacio adquirido. Una de las razones por las que elegí el tamaño mediano, es porque ni queda corta, ni apabulla la futura información almacenada en la ficha.
1. (El tamaño sí importa). Se convirtieron en nucleares a la hora de escribir, averiguar los pensamientos y seguir las aventuras de los tres investigadores por el milenario museo. Estas sencillas fichas se pueden comprar en cualquier librería y tendrían que ser de gran utilidad para nuestros jóvenes estudiantes. Las hay de todos los tamaños y diseño, yo elegí estas (foto) pero las hay más pequeñas o sin renglones. Lo más importante de todo es saber con qué juegas y utilizarlo en tu beneficio. Si eliges un tamaño pequeño, sabrás que lo que escribas, la información que sustraigas de tu partida, tendrá que ser proporcional al espacio adquirido. Una de las razones por las que elegí el tamaño mediano, es porque ni queda corta, ni apabulla la futura información almacenada en la ficha.
2. (El titular).Bien una vez elegida la ficha, conviene saber qué es lo que escribimos, y lo más importante que no. La opción del titular es esencial. Como los titulares periodísticos, una frase que resuma tus objetivos a lo largo de la partida o también tus fracasos, puede llegar a convertirse en el tema o los temas que te ayuden a proseguir, es decir, a narrar lo vivido. Un título también sería bueno, donde concentrar lo esencial en unas cuantas palabras (podrías aprovecharte del título de las diferentes Cartas de Aventura que contiene el juego).
El protagonista es fundamental por lo tanto su nombre tendrá que aparecer en la ficha. Puedes construir un background/vida del mismo aparte en un rinconcito (de ahí lo del tamaño de la ficha). El esquema tiende a ir a la raíz misma del problema, en ese aspecto es radical poder desarrollar uno. La forma esquemática de hacerlo te ayudará a la hora de resumir tu progreso/narración. Un mapa confeccionado sólo por ti y que sòlo entiendas tú. Ahí radica una de las ironías de este proceso. Te puedo enseñar cómo realizarlo pero es cada uno quien tiene que llegar a su resolución para poder entenderlo. La ficha por tanto tiene que llegar a ser críptica y sólo poder entenderla el propio autor.
3. (Error). Para que os hagáis una idea del proceso, empecé describiéndolo en un folio y los resultados fueron bastante caóticos. Ya lo eran para mí, fijaos para los demás. ¡Error! Recordar que esto lo escribís vosotros mismos para vosotros únicamente. Es una ayuda y nunca un propósito final.
4. (Están vivas, se mueven). Una de las cosas interesantes a la hora de trabajar con las Fichas es que podemos desplazarlas a lo largo de nuestro juego o de nuestra hoja de escritura y moverla de un sitio a otro. Esto que parece una tontería no lo es si pensamos de otra manera, una heterodoxa. El enemigo a abatir es el vacío creativo, ese aliado perfecto de la procrastinación que nos frena cada día nuestras ideas. El mover las fichas de un extremo a otro alrededor de tu hoja en blanco o de tu ordenador, ayuda a desoxigenar el tedio y a encender la chispa inspiradora que te haga seguir hacia delante.
5. (Aquí el factor tiempo no importa). No te estreses tú mismo alimentando tu nerviosismo con qué estoy haciendo con mi tiempo, no te servirá para nada, qué tontería estoy haciendo. Al mover las fichas, no sólo proporcionas movimiento a un objeto, sino que involucran la narración y la dinamizamos de tal manera que quien se mueve ya no es solamente un trozo de cartulina con tinta garabateada, sino que son los personajes, sus tramas, las situaciones que te harán cambiar de bifurcación y seguir el camino contrario escrito hasta ahora. Te podrá parecer surrealista, puede que no tenga sentido para ti pero si para tu historia. Eso es lo más importante, optimizar la narración pero también dosificar su información y dirigirla hacia una meta desconocida.
6. (La odisea). Lo importante no es llegar a un destino sino el trascurso del mismo, el viaje. No el qué sino el cómo. Yo diría que más importante que el texto el subtexto aprendido es fundamental. No te asuste por el número de fichas que generes, aunque es cierto que cuantas más tengas más problemas tendrás que solucionar, por lo tanto saber crear las adecuadas es también una tarea difícil. No existe una regla de oro para todo esto que te estoy contando. Simplemente tendrás que saber cuántas necesitas y cómo jugar con las mismas. En tus manos recaerá el éxito o el fracaso. No importa lo que tardes, lo verdaderamente valioso es llegar.
7. (El gancho). Otra característica importante de la ficha es que sirva de conector con la siguiente. Que intentes utilizar una palabra, un nombre y que te haga recordar lo anteriormente escrito una y otra vez. Un gancho es fundamental para poder ayudar a tu mente a poder recordar la ingente información a la que te vas a enfrentar. Una y otra vez te pararás y una y otra vez retomarás la escritura. No pasa nada, vas por el buen camino. Persiste, continúa, no te des por vencido. Esa lucha te definirá y organizará tu trabajo por muchos enemigos que te rodeen, por muchos pensamientos que te aborden del cariz que sean, sé consciente de que estás escribiendo, estás relatando algo, contándolo y al mismo tiempo que generas el relato lo estás estructurando en pedacitos llamados fichas.
—CARÁCTER
EPISÓDICO.
Otro importante tema a tratar es el enfoque del propio taller de
carácter episódico. Utilizando un juego de mesa, y dependiendo de cuál a día de
hoy, es fácil acabarlo en una sola sesión. Jugarlo como si fuesen capítulos
responde a una lógica creativa. A un nivel formal, nos aporta su estructura
interna y la de cualquier creación. Pensamos la idea y después la vamos desarrollando.
No se realiza al instante sino que exige un proceso, una parte que iremos
diseñando. Muchas veces el desafío no consiste en crear el concepto sino en poder llevarlo a cabo. La división del trabajo
implica perseverancia diaria y obstinación personal. Que aquello que queremos
contar nos mantenga lo más concentrado posible durante el tiempo que sea pero
que después seamos capaces de desconectar del mismo para poder seguir nuestras
vidas y poder retomar nuestra historia más adelante. Aquí ayuda mucho el ente
catódico, mejor dicho, digital de la televisión. Hoy por hoy las series de
televisión están preparadas para cualquier cosa, es más en algunos casos han
ganado terreno al cine o a la literatura. Lo que pasa es que se está cometiendo
un error. Uno contemporáneo que preconiza el mayor de los enemigos posible. Se
lo puede representar bajo el nombre de un adverbio, el ¡YA! El tenerlo todo, o
en nuestro caso, el poder verlo todo. Ese mal tiene aliados como internet que
hace posible que los capítulos que conforman una temporada de una serie
determinada se puedan ver seguidas. Se ha llegado al delirio posesivo/visual de
tal manera, que si no has visto una temporada entera seguida, no la has disfrutado
al máximo. Yo voy en otra dirección. En el caso de algunas series, (de ello doy
muestras en Percepción catódica) soy consciente de mi obsesión pero la
administro como yo quiero, generando en mí un mayor grado de adicción cada vez
que veo un capítulo determinado. Eso se traduce en un mayor disfrute que verlos
todos en una noche. La gente que ve la serie de televisión como una película
está completamente equivocada. No disfruta de su estructura, de su esquema, de
su historia, ni por supuesto de sus actantes ni sus objetivos y si, a cambio
cree ver el todo de la trama cuando, precisamente, su carácter serializado es
la clave. No es multiplicar tu adhesión si no administrarla. Yo personalmente
veo la serie como un conglomerado de películas y, por lo tanto, el intentar ver
todos sus episodios en un plazo de tiempo pequeño, es destructivo. Lo he dicho
más arriba, el tiempo no tiene nada que hacer en este taller. El dividir la
partida en diferentes sesiones e ir analizando cada decisión tomada, si bien es
cierto sabiendo que el azar juega un papel importante, te va preparando, va
estructurando tus ideas de acorde a cada momento para después poder explicarlas
cada una de la mejor manera que creas oportuna. Al final eres tú y solamente tú
quien está escribiendo. Recuerda que el trabajo de escriba es uno solitario
pero que curiosamente, a medida que vas involucrándote en tu historia, cada vez
estás menos solo. Es curioso como empiezas a oír los pensamientos de tus
personajes, sus debilidades y flaquezas, al mismo tiempo que sus fortalezas. Lo
importante de todo esto es crear un hábito, uno que te haga levantar todas las
mañanas o hacerte acostar, pensando en posibilidades, probabilidades
potenciando tu relato, ¿tu forma de expresarte o de vivir?
—FINALIDAD.
El logro de un taller es su propio
funcionamiento. Remite a un espacio casi mítico donde se fraguaba la
creatividad entre otras muchas más cosas. Por ejemplo, la burguesía nació en un
taller y su consolidación fue el nacimiento de la ciudad. La mecánica de un
taller es la de generar expectativa, una que incite, alumbrar como diría
Sócrates, a realizar un trabajo. En mi caso, uno de escritura. No existe una
motivación de magisterio en mi objetivo, entre otras cosas porque no soy
profesor. Entonces ¿por qué? o ¿por qué no? Traslado la responsabilidad al
otro. ¿Qué busca uno realizando un taller como este? o ¿qué busca uno viniendo
a un taller como este? No conozco la respuesta todavía pero es más, el participante
tampoco tiene porque. Cualquier persona se puede acercar por diversos motivos
basándose en sus prioridades subjetivas. La predisposición a explorar una
“terra incognita”. La incertidumbre puede que motive a unos y espante a otros
pero mi ofrecimiento es claro, proponer el diseño de un proceso de escritura cuyo
receptor tiene que ser inconsciente del cebo creativo. Es cierto que juego
(nunca mejor utilizado) con un poco de ventaja. Tengo el gancho perfecto:
¡jugar! Lo lúdico hipnotiza el impulso, para algunos las ganas, de disfrutar de
un juego y continuar con un ejercicio
literario. El participante tiene que
llegar a la conclusión, ¡lo más importante!, de que se utilizó un juego de mesa
pero podría haber sido otra opción para ejercitar la escritura, para hallar esa
llama platónica que nos permita ver más allá de las sombras, y en última
instancia, salir de la cueva. ¿Finalidad ambiciosa? Puede pero fíjate cómo se ha
conseguido: con un juego de dados y cartas y unas cartulinas. Si consigues
acabar tu camino, te prometo, te garantizo que no habrá sido en vano. El propio
proceso es una selectividad que elige a los preparados. La historia generada,
irónicamente al final, es lo de menos. Es como un guion frente a la película
acabada. ¿Tiene algún valor, salvo el anecdótico? Es una herramienta que ha
hecho posible la creación del film, entre otras. No hay más secreto que ese.
Seguir adelante, vivir con curiosidad tu alrededor e incitarte a escribir.
Aquí os
dejo el índice/enlace de todos los episodios de este taller literario. Espero volver a
veros y gracias.
GORGONEION.
1. Prólogo.
2. Las estrellas se alinean sobre nubes oscuras.
3. Monstruos terribles revelan un secreto.
4. Conocimientos extraños en una mente perturbada.
5. Extrañas visiones en la calma.
6. Una advertencia de una conspiración.
7. Extrañas visiones en las sombras que acechan.
8. Gorgoneion.
9. Epílogo.
1. Prólogo.
2. Las estrellas se alinean sobre nubes oscuras.
3. Monstruos terribles revelan un secreto.
4. Conocimientos extraños en una mente perturbada.
5. Extrañas visiones en la calma.
6. Una advertencia de una conspiración.
7. Extrañas visiones en las sombras que acechan.
8. Gorgoneion.
9. Epílogo.
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