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domingo, 19 de abril de 2020

DOMINGO DE VIÑETAS. CRONOLOGÍA DE UNOS HECHOS. Una aproximación a Las aventuras de Blake y Mortimer.


Hoy domingo, 19 de Abril cuando son alrededor de las 14:30 comienzo mi andadura en una nueva sección de este blog. Sí,  ya sé que no soy muy prolífico en el mismo pero sigo con mi pausado ritmo. Domingo de viñetas intentará mirar a los cómics de otra manera, analizando su contenido desde una lejana generalidad pero también sin olvidarnos de su forma, protagonizada por una singular especificidad y siempre abogando por una heterodoxa manera de reflejar las cosas. Ya veréis... En cualquier caso, también me gustaría recordaros que los análisis de cómics  y críticas literarias seguirán teniendo su espacio en La hoja apergaminada, eso sí con el compás que me caracteriza. Sin más preámbulos...


Empezaré con esta pareja, si no os importa. La creación de Edgar P. Jacobs me llamó un poquito la atención en mi adolescencia. Yo era más bien de Astérix, Lucky Luke, Tintin y Spirou por ese orden. Luego vendrían Blueberry, Thorgal, Corto Maltés y muchos otros. Por tanto, Uderzo y Goscinny, Morris, Hergé, Franquin, Giraud (o Moebius) y Charlier, Rosinski y Van Hamme, Pratt, fueron los culpables de mis realidades paralelas. Ya siendo un solo autor o varios, nunca les podré agradecer su dedicación de dibujar, y también, de contar historias de la manera extraordinaria que lo hicieron.


Bien, aquí reside uno de los problemas que me denegaron el disfrute de la obra de Jacobs hasta bien entrado en mi veintena. Acostumbrado a los otros cómics, ya mencionados, e incluso a los Mortadelo y Filemón o Capitán Trueno, maravillosas creaciones de Ibáñez y Ambrós y Mora respectivamente, el escollo al que me enfrentaba curiosamente era de procedencia literaria o mejor dicho, la barrera infranqueable se construía bajo la unión entre literatura y dibujo. Frente a la acción desbordante de algunas viñetas de El Prisionero de los 7 Budas (1959) o Las colinas negras (1963) estaban las viñetas como la de más arriba. Éstas desterraban mi interés en ellas extendiéndose a su historia y enseguida buscaba cobijo en otras más dinámicas. El tiempo es la única medicina que cura todo, incluso la estupidez aunque sea adolescente. Pero entremos en materia. Hablemos de cronologías.


Este orden de lectura aparece en el interior de El secreto del espadón. Tomo 1. No está mal, nos propone una guía de lectura para seguir los pasos de nuestros héroes, lo curioso es que en la contraportada del mismo cómic aparecerá otra orden de lectura. Una que se repetirá de esta guisa en El misterio de la gran Pirámide. Tomo 1. (1950). Tercera edición.


¿Confusión? Con la incorporación de nuevos títulos a la colección apareció la última lista. Era el orden de lectura más completo hasta la fecha. Dividido en años, mostraba claramente un recorrido cronológico demoledor aglutinando todos los títulos hasta la fecha de su elaboración. Como digo, cuanto menos interesante y sobre todo eficiente al principio porque con el paso del tiempo se quedó obsoleto. Por tanto una revisión cronológica resulta necesaria, sobre todo después de que la serie continúa con regularidad y se haya convertido en toda una referencia del noveno arte. Según este último orden de lectura el primero álbum sería la precuela del Espadón, La vara de Plutarco. (André Juillard y Yves Sente, 2015) y terminaría con Las tres fórmulas del Profesor Sato (1986), que como sabemos su segundo tomo fue dibujado por otro extraordinario dibujante Bob de Moor. Bien desde ese momento decidí intentar ordenar la serie proponiendo otro orden. Sería uno apoyado también en fechas pero más centradas si cabe, se podría decir más atentas al detalle, por tanto confeccionar un orden "microcronológico". Se cernía un viaje apasionante no sólo por lo que representaban los propios cómics, sino porque me preparaba a introducirme como nunca antes en sus intestinos narrativos, sus viñetas.

Mi odisea requería de herramientas precisas. Saltos de fe representados en reclamos, que ubicados en algunas viñetas de casi todos los cómics de la serie, hablaban de algo que ya había sucedido. Como diminutos flashbacks parapetados en asteriscos que me llevan a títulos anteriores. De hecho, lo primero que hago antes de penetrar en el enigma que me propondrá un nuevo cómic de la serie, es realizar siempre un vuelo rasante sobre el mismo, pasando rápidamente sus hojas como si fuese un animador, para localizar alguno de estos mensajes que ayudarán a mantener mi interés. Mi primer desplazamiento me llevó a La vara de Plutarco. La primera viñeta nos posiciona el orden cronológico a seguir, primavera de 1944 en un bocadillo situado sobre el majestuoso portaaviones británico The Intrepid de la Royal Navy. Tenía el primer paso establecido, ¿sería el verdadero? Más adelante, justamente en la página 21 (plancha 17) en su cuarta viñeta, un Francis Blake lo desmiente, recordando algo de su pasado como miembro del servicio secreto británico, la misteriosa misión del 13 de mayo de 1935.


Y el primer asterisco que nos interpela a viajar. A dejar este cómic y embarcarnos en otra historia. La búsqueda se complicaba. El título a seguir: El juramento de los cinco lores. El anterior cómic de los mismos autores (2013). Y aunque su trama se desarrollaba en 1954, la narración empieza en un mes de noviembre de 1919, teniendo como protagonista, ni más ni menos, que al famoso teniente Lawrence.


Pero a veces la niebla no deja ver el camino. El juramento de los cinco lores me llevaba a un sitio donde no quería ir, regresaba a la cronología ortodoxa de la serie. El atmosférico comienzo me llevaba a un callejón sin salida, a un magnífico ejemplo de excusa para presentar el pasado de un personaje clave de la trama. Regresé a mi punto de partida, La vara de Plutarco y continué leyendo. En su página 28 (plancha 24) en la segunda viñeta, los protagonista reconocen al comandante Benson su amistad. Otra senda se abría.


El incidente en Simla me llevó al álbum Los sarcófagos del 6º continente (2003). Tomo 1. Segunda edición. de los mismos autores.


El recuerdo del primer encuentro entre ambos amigos me proporcionó la ruta a seguir y si bien es cierto que la historia se desarrolla durante la Exposición Universal de Bruselas en febrero de 1958, la fecha que me interesaba y el lugar era otro: la India, julio de 1933. El paréntesis narrativo duraba 23 páginas de un cómic que tiene 56. Por tanto, no estaba ante un mero flash narrativo, un cuarto de la trama del álbum me hablaba de la familia de Philip Mortimer en la joya de la corona británica y de otras muchas más cosas. Bien, por fin creí haber llegado al principio de la serie pero volvía a estar equivocado. Una vez que acabaron esas 23 páginas y casi a la finalización de la primera parte de Los sarcófagos del 6ºcontinente, me choqué con un maravilloso encuentro, concretamente de la mano de un personaje secundario, el Doctor Ramírez que me invitaba a descubrir La extraña cita (Ted Benoit y Jean Van Hamme, 2001). Regresábamos al mismo estilo antes descrito, desplegar un arco narrativo en varios tiempos. Nos encontramos en los años 50 del siglo pasado en Estados Unidos pero el cómic empezaba en otro tiempo.


Volvíamos a realizar un fascinante viaje temporal, ni más ni menos que al 17 de octubre de 1777 para descubrir un enigmático vínculo con uno de los personajes principales de la serie. Un antepasado del profesor Mortimer.


Bien, aquí tienen una cronología de unos hechos. Una que quizá no interese a muchos pero pueda que sirva a unos pocos como primer paso para introducirse en esta gran serie que mezcla magistralmente el misterio, la historia y la ciencia ficción como pocas. A mí me ha servido para descubrir algunos entresijos de la obra. Conociendo un poco mejor a sus actantes podemos comprender mejor sus actitudes. En esa misión que hizo dejar el servicio de inteligencia británico a Blake o en esas viñetas de anagnórosis de Mortimer descubriendo a su antepasado por ejemplo.
A espera de nuevos títulos, los últimos han sido el extraordinario díptico de El valle de los inmortales, tanto el Tomo 1, Amenaza en Hong Kong (2019) como el Tomo 2, El milésimo brazo del Mekong (2020) de Yves Sente, Teun Berserik y Peter Van Dongen, ubicados en la serie como continuación de la trilogía del Espadón, son una magnífica forma de festejar el noveno arte en todo su esplendor.

CRONOLOGÍA NO OFICIAL DE BLAKE Y MORTIMER. (Para empezar).

La extraña cita. Año 1777.
El juramento de los cinco lores. Año 1919.
Los sarcófagos del 6º continente. Tomo 1. Año 1933.
La vara de Plutarco. Año 1944.









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