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viernes, 21 de febrero de 2014

ENCRUCIJADA DAIKINI. (2013).


Leyendo el título y viendo esta foto sobran los comentarios ¿no? Acabando el mes de Febrero de 2014 y haciendo balance desde aquel lejano 30 de Octubre de 2012, con la portada de La Caída de Dundee, me gustaría realizar un alto en el camino. O mejor dicho, un punto y seguido donde resumiros a modo de índice todo lo que habéis podido (para los viejos exploradores) o podéis (para los nuevos) encontrar en esta Fortaleza de Nintes. De cara a una nueva sección que empezará en Marzo, llamada "Los Temáticos del Mes", me gustaría dejar un poco las cosas zanjadas con respecto a la temporada primigenia de mi Blog. O sea que siempre que aparezca una "Encrucijada Daikini", significará el final de una temporada y el principio de otra. En esta especie de recopilación, auténtico cruce de caminos para navegantes, aparecerá el título de cada sección del Blog y el primer capítulo de la misma, de esta manera si alguien está interesado en proseguir el viaje en esa misma sección, que sea el interesado el que continúe. ¡Descansemos con Madmartigan y Willow!

-SESIÓN CONTINUA. (Críticas de films de serie B, westerns, de autor, aventuras,...)
 -I. La construcción de lo lúdico a través de lo maravilloso y el caos.

-BLOG. (Reseñas y análisis de películas, opinión, trabajos en Scifiworld y poesía).
 -I. Día de los muertos.

-LA CAÍDA DE DUNDEE. (Toda la información relacionada con el universo de MINVS).
 -I. El origen de todo o casi todo.

-PARTITURA NOCTURNA. (Bandas sonoras).
 -I. Cómo ganar una batalla.

-PERCEPCIÓN CATÓDICA. (Reseñas a series de T.V.)
 -I. Pilotos.

-HOJA APERGAMINADA. (Reseñas de libros y cómics).
 -I. En busca de Justicia por parte de un Camisón.

-PASANDO EL LUDOMINGO. (Reseñas de juegos de mesa).
 -I. The Adventurers: El Templo de Chac. Presentación.


Con igual ilusión y mayor fuerza que la primera vez, me dedicó a seguir en esta trinchera cultural, preparando la segunda Temporada. ¡No os perdáis Los Temáticos de Marzo!

martes, 18 de febrero de 2014

PASANDO EL LUDOMINGO EN CADWALLON. CAPÍTULO 6. EL MAESTRO ALQUIMISTA.


"Fue uno de los más insignes y respetados ciudadanos de Cadwallon. La muerte de Herostophilos, el maestro alquimista ha cogido a la ciudad en una profunda tristeza. Una pena relativa porque mientras unos, aquellos que sólo quieren aparentar su amistad incondicional a su familia, una de las más ricas por cierto, otros se dedican a rebuscar sus gemas por los sitios más recónditos de la urbe. ¡Ese era el plan! Mientras todo el mundo estaba honrándolo en su funeral, la laberíntica estructura del barrio de Sienne se encontraba prácticamente vacía. Bueno salvo la presencia de dos inútiles y apestosos milicianos, que deambulan sin saber que el alquimista había muerto. A priori parecía un plan perfecto pero solo a priori..."

Aquí estamos de vuelta, Vane y un servidor, después de una larga temporada y parecía que nos íbamos a encontrar con una de las misiones más fáciles del juego de mesa, pero las cosas no son siempre lo que parecen en la Ciudad de los Ladrones.


Empecé usando a mi mercenario Lucius, apoyándome en sus cartas Arcanas y la cosa salió bastante bien, (que si un hechizo de Teleportación, que si uno de Pasadizo Secreto...,


...que si otro de Doble Cierre), consiguiendo al final sus tesoros.



Cosa que no pudo decirse de los personajes de Vane, Iris y Leona que enseguida se encontraron con gemas malditas que las hicieron paralizarse.


El tal Herostophilos parecía el típico abuelete encantador pero bajo su barba blanca a lo "Papa Noel", se escondía una mente perversa, o por lo menos más que la de nuestros héroes. No obstante no podíamos perder ni un segundo, así que Vane decidió despertar el sable de Iris, apoyándose en una carta Arcana por si las moscas, contra el miliciano Valrut.



Mientras Lucius seguía amasando una pequeña fortuna, a expensas de los milicianos.


No me podía quejar de la partida que estaba teniendo, no señor. Además Anays se unía al latrocinio, dejando los dientes largos de Leona al fondo.


Vane podía dejarse llevar por la rabia sino por la ambición, así que hizo sumar a Iris al carro de la buena fortuna con estos dos cofres.



La alarma ya había sonado...



...y empezaban a caer los primeros rastrillos del distrito, haciendo que Leona se quedase atrapada en sus calles.


Igual que a Lucius. Las cosas se estaban poniendo peliagudas para ambos y no podíamos perder ni un solo hombre más.


Al final triunfó el sentido común y pudimos escapar de Cadwallon. Aunque claro unos con más riquezas que otros.


Unos ducados que nos vendrían muy bien para el siguiente capítulo, el Mercado de Peristas.

Continuará...


jueves, 13 de febrero de 2014

DE PEREGRINACIÓN.


Esta es mi primera peregrinación en busca de mi Santo Grial particular por las tierras madrileñas. Armado con mi macuto, voy recorriendo las calles de la capital pero también las de mi pueblo de adopción. Y mi odisea empezó el treinta y uno de Enero de este año por Parla. Así que es menester hablar de aquellos que me han dado cobijo estructural para poder difundir La Caída de Dundee, como Dios manda.


Ahí la tenéis, mi primera parada y fonda. Parece pequeña pero no os engañéis, es enorme en cuanto a solidaridad con el extraño como yo y en dar cobijo a un sinfín de libros de dispar género y repercusión. Si vivís en Parla, ni lo dudéis en ir a echar un vistazo a su interior: alaska_7@hotmail.es
¡Gracias Susana!


El símbolo de la librería Sur es un claro ejemplo de síntesis. Buscar algo que identifique lo que quiero mostrar. Y como la paloma en busca de una cierta paz, me encontré en el interior de la librería que está situada muy cerca de la Estación de Renfe de Parla, rodeado de una calma solamente rota por la aparición de dos mujeres simpatiquísimas que me dejaron venderles mi novela. Solamente por ofrecerme ese pequeño pero intenso tiempo fue suficiente para confiar en ellas y en la librería. Por cierto, su colección de puzzles es impresionante a este lado del río manzanares y no digamos de su material. Ya sabéis para Septiembre adonde tenéis que ir a encargar los libros de texto, ¿eh?


Y no podía faltar en mi última parada la librería Carmen. Me recibieron con mucha profesionalidad y me sentí alagado del trato.
Muchas gracias a los tres, ya sé que entre vosotros formáis una dura competencia pero sin vosotros Parla, sería un mero páramo de incultura y salvaje escepticismo literario.

Hoy, día trece de Febrero comienza mi segunda peregrinación. Me acerqué a la capital para conseguir un poco de fortuna en esto de la distribución de mi novela y me encontré con una agradable sorpresa. Cada uno de los lugares donde estuve, me recibieron amablemente y se dispusieron a colaborar conmigo. A todos ellos les doy las gracias. Cada lugar es un auténtico santuario para aquel que se quiera adentrar en el maravilloso mundo del noveno arte o los juegos de mesa, o simplemente buscar alguna fricada para su chica o su chico, ahora que se acerca ese exhibicionista armado con un arco y una flecha.






¡Ya tenéis la oportunidad de conseguir La Caída de Dundee en estos lugares de peregrinación narrativa!

lunes, 10 de febrero de 2014

HOJA APERGAMINADA (XIII). CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO. JUEGO DE TRONOS. CAPÍTULO 1. SE ACERCA EL INVIERNO.


La aparición de la loba huargo en el camino a Invernalia redunda en la eclosión del fantástico en el logos. Tanto la novela como la serie de televisión lo dejan expuesto, eso sí cada una a su manera: la primera en una frase puesta en boca por Theon Greyjoy, "hace doscientos años que no se ve un lobo huargo al sur del muro." Y en la segunda, simplemente es un cruce de miradas enigmáticas entre Eddard Stark y Rodrick Cassel. Las dos opciones eligen sus herramientas aliadas, una la palabra y otra la imagen, ambas maneras son perfectas para representar el presagio que sobrevuela en la historia. El rey Robert, de la casa Baratheon, se aproxima a los territorios de los Stark. La hembra de huargo aparece muerta por el asta de un ciervo, ambos animales son símbolos de las casas Stark y Baratheon respectivamente. Toda la construcción de este vaticinio péndula sobre el género fantástico, atrayendo el prólogo de la novela y de la serie y, manteniendo un halo de misterio acerca de los caminantes blancos y sus respectivas consecuencias fantásticas en el relato, como la presencia de los huargos a lo largo del mismo y de los dragones al final. Estamos ante una Edad Media fantástica y estos elementos nos lo recordaran, aunque las vicisitudes y aventuras estén alimentadas por características más terrenales, más cercanas a los hombres y mujeres de una época medieval que a héroes y heroínas de un mundo fantástico. Sería fácil comentar que el ocultamiento de lo maravilloso, podría responder a una justificación económica en el presupuesto de la serie pero no es el caso, ya que en este aspecto sigue fiel al patrón narrativo de la novela. Y es que el primer libro de Martin no es una antología fantástica al respecto. Pero no obstante, aunque parezcan aliarse en sus objetivos compartiendo estrategias, existen diferencias estructurales en sus contenidos.


CAPÍTULO I (desde la página 15 hasta la 92 de la novela).

Empecemos con una de las analogías más importante entre ambos medios artísticos, quizás la más importante: el descubrimiento del mito en el interior de la diégesis y la presentación de su antagonismo, la religión, como estandartes narrativos disímiles. La razón principal de tal estratagema es proporcionar una confrontación metanarrativa entre ambas formas de contar un suceso, justificando su lucha como creación de un cosmos fantástico al que nos vamos a adentrar. Es por esa razón que constantemente tanto Martin como los creadores de la serie, nos muestran las urdimbres del relato a través del cuento (la herencia del mito). La vieja Tata es la portadora de esta sabiduría y es bajo su presencia que se filtra la mitología de Canción de Hielo y Fuego.


Concretamente, en la página 25 de la edición Gigamesh Omnium (será la edición que seguiremos) de Juego de Tronos, Bran se convierte en testigo del origen mitológico norteño: Los hijos del Bosque, los Primeros Hombres, su lucha y su pacto y después la invasión de los Ándalos. Elementos que alimentan el misterio y el miedo del pasado milenario de la narración. Es un recurso poderosísimo si se hace correctamente, con una cierta lógica narradora. Y frente a eso, ¿qué nos queda? Otro elemento, igual o más poderoso, para contrarrestarlo. Uno que solo nombrarlo, infunde respeto: la religión. Frente a la fábula, el ritual. Lo desconocido disfrazado de metáfora contra la lógica de una liturgia. Catelyn, como buena Tully de Aguasdulces que es, es su anfitriona en la página 33, presentándonos la religión de los Siete Reinos: los Siete Dioses y su Septón. Y a partir de ahora se establecen interesantes paralelismos entre ambas formas de pensar y creer. Los Dioses con rostros y nombres frentes a otros más antiguos, sin nombre ni rostros. Pero atención, Juego de Tronos y también su serie, no son una oda al misticismo, ni una plegaria religiosa, también puede llegar a ser un ejemplo de pragmatismo frente a tanto espiritualismo. En la página 40, curiosamente con la presentación de los Targaryen, aparece el Magister de Pentos, una de las Ciudades Libres, Illyrio Mopatis, ayudando a despertar al Dragón. Las intenciones de Viserys son también consecuencias directas de sus deseos, alejadas de la ola religiosa/mitológica que inunda Westeros: su deseo de reconquistar el Trono de Hierro.


Ahora continuemos con las diferencias. Existen cambios sustanciales sobre personajes y sobre acciones, aunque sean pueriles la mayoría, es decir momentos insustanciales, que incluso podrían omitirse en la adaptación televisiva pero que en cambio se permutan, cambiando el orden de los factores sin alterar el producto final: el entretenimiento del espectador otorgando pleitesía al lector.
El cambio más importante sobrevuela sobre el personaje de Catelyn (Michelle Fairley), la mujer de Eddard Stark (Sean Bean). O más bien sobre sus motivaciones acerca de la partida de su esposo hacia Desembarco del Rey. En la novela se muestra displicente, animando a Ned a regresar junto a su Rey, amigo a la capital del Reino, pero cuando oye que el señor de Invernalia quiere llevarse a casi todos sus hijos, se molesta. Cat se preocupa y se muestra recelosa y triste. En la serie de televisión estos sentimientos son compartidos desde el principio. Pareciera que antes que amar a un esposo, hay que respetar el honor y defender a su hermana y su sobrino frente a las intrigas de la corte. Además en la adaptación televisiva pareciera que está perdiendo a su gran amor, mientras que en la novela la percepción es diferente. Ese amor pareciese haberse forjado con el paso del tiempo y no incubándolo sobre un flechazo romanticón, y es que el poder de la imagen es pretenciosa, intentando hipnotizar a la mayoría, amarrando su estructura a un bagaje más romántico que su mentora literaria. Es como si quisiese dar la mano al romanticismo del siglo XIX, cosa que la novela rechaza a cada momento.
El personaje de Tyron también sufre una pequeña mutación. En la serie es más activo sexualmente que en la novela, entre otras cosas porque la imagen, devoradora curiosa y morbosa, necesita del componente voyeuristico, priorizando la sexualidad como gran elemento diferenciador con respecto a su fuente literaria. La serie está cargada de elementos sexuales que erotizan el relato transformándolo en una auténtica erótica del poder. No digo que en la novela no se folle, pero en la serie se convierte en una reiteración triunfal. El icono colabora con el sexo expectacularizándolo.
En cuanto a las acciones o momentos desarrollados en la trama, el sentido parece bifurcarse en aquellos lugares donde la acción se adormece en favor de una descripción más pausada. Permutándose en diferentes posiciones dentro de una cronología narrativa dispar. La noticia de la la llegada del Rey a Invernalia y la muerte de John Arryn están juntas en la novela pero en la serie están separadas. O cuando Arya (Maisie Williams) está recibiendo las clases de costura mientras en el exterior Bran (Isaac Hempstead Wright) está recibiendo las de arco. Otro momento muy agradecido por los aficionados del mundo de Hielo y Fuego es la pequeña confrontación entre Ned y Jaime Lannister (Nicolaj Coster-Waldau), inexistente en las primeras páginas de la novela, igual que la secuencia de caza que se mantiene como elemento en la sombra de la narración. Regresa el presagio al corpus narrativo, al final del libro y de la serie habrá otra caza, que tampoco se mostrará, con diferente sentido y finalidad pero coincidiendo en su objetivo, cerrando un círculo y abriendo otro. La narración parece llegar a una encrucijada, donde la novela y la serie pueden  llegar a coincidir en algún punto, pero se distancian a su manera porque sobre todo son diferentes medios, opuestas propuestas. Puede que el Invierno se aproxime pero de diferente manera.

martes, 4 de febrero de 2014

LA CAÍDA DE DUNDEE. (XX). MI ESTRATEGIA.



¿Por qué elegimos un camino y no otro? ¿Por qué al cruzar la calle giramos a la derecha y no a la izquierda? Parecen preguntas sencillas pero sus respuestas pueden que no tanto. Entre otras cosas porque van adheridas a circunstancias o elecciones privadas. A la hora de escribir pasa lo mismo. ¿Por qué decidimos optar por una forma de narración y no otra? La respuesta también podría llevar implícita un cierto grado íntimo pero no es el caso, más bien es el objetivo de La Fortaleza de Nintes.
En La Caída de Dundee, la historia podría haber sido más lineal, ordenada, cosa que lo fue en su génesis, pero decidí optar por una cierta complejidad, un desorden voluntario que diese como resultado un paralelismo rítmico narrativo. El componente lúdico sobresalía en esta elección. El juego como representación de un universo por donde pululan unos personajes en busca de algo. Había que situarlos no solamente a ellos, los jugadores conjuntamente con el lector, sino también a la acción propiamente dicha. De ahí la inclusión de un mapa muy sinóptico en la parte trasera del libro. Y es más, la minuciosidad con la que describo lo que parece ser un atlas en las paredes agrietadas de la Cámara del Encuentro, respondía a ese problema situacional. El mapa como gráfico que revela una(s) ruta(s) por donde mis héroes y villanos campan a sus anchas buscando su(s) objetivo(s). La analogía narrativa se abría paso en ese mapeado dundiano para poder situarlos, ya no solamente a ellos geográficamente, sino hacer visibles sus múltiples acciones que estaban haciendo o iban a realizar. En ese justo momento, estalló el mecanismo y el engranaje se empezó a observar al detalle.
La multiplicidad de acciones, dividida casi en parejas (Lagasca y Lepanto escapando por los hangares subterráneos del aeropuerto de subviones; Voyage, Heads y Casandra huyendo del profesor Antónimus; Horacio buscando un mito y los hijos de Dundee esperando para ser rescatados)  respondía a esa opción jugable. Dejar al lector en pleno Cliffhanger al final de cada parte para volver a retomarlo más tarde, como si fuese un capítulo de Perdidos (y es que Lost juega mucho con el espectador y con su percepción). En algún momento me plantee el dejarlo y regresar a la linealidad decimonónica pero en seguida pensé que ya lo había hecho, el comienzo de la novela es muy lineal y tenía que mutarlo de alguna manera. Es más, es tan poderosa esa continuidad monótona que el libro empieza con ella y acaba con ella. El nudo tendría que ser desenredado por el lector así que la novela parte como un desafío. Pero no uno muy rebuscado, simplemente es adoptar una elección, elegir un lado de la calle, un camino por donde hacer discurrir mi estrategia, aventurarse en mi historia.