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domingo, 31 de enero de 2021

DOMINGO DE VIÑETAS. Empezar por el final. Dos. (II).

    

Vamos con la segunda parte de este desafío, que es hablar un poquito de dos obras maestras del noveno arte y que en nuestro caso, como hemos querido empezar por el final, no hablaremos tanto de Uderzo, Goscinny o Morris aunque los tendremos muy presentes, sino más bien, comentar algo de sus sucesores. Como vimos en la primera parte, con Astérix, no lo están haciendo del todo mal, entregándonos obras casi perfectas como El papiro del César (Le papyrus de César, 2015), pero como veremos a continuación, con el jinete más rápido que su propia sombra las cosas no van tan bien y que conste que las dos últimas aventuras de Lucky Luke, a expensas de Un cowboy entre algodones (Un Cowboy dans le coton, 2020) que no he podido leer, son magníficas como dejé claro anteriormente.

                                                    (Viñetas 9 y 10, página 8).

En las viñetas de más arriba del álbum Los tíos Dalton (Les tontons Dalton, 2014) puede que esté condensado lo mejor de esta historia escrita por Laurent Gerra y Jacques Pessis y dibujada por Achdé. La presentación del sobrino de los temibles forajidos escenifica una colección de momentos que no distan de ser muy cómicos llegando a ser redundantes en la mayoría de ellos, sin aportar nada nuevo a la trama, devorando incluso al jinete y a su montura. Por tanto la chispa de esa creación narrativa es la que comparten esas viñetas de arriba. Toda una confrontación de egos que Achdé, siguiendo la estela de Morris, la representa con ese rostro del niño en rojo.                                                                            Una pequeña desilusión que quizá tenga algo que ver con el baile de guionistas que tuvo la serie en un momento dado, no lo sé, pero es una pena porque la sola presencia del niño pudiese haber potenciado momentos muy brillantes, de hecho jugar con la representacionalidad infantil nos ha traído algunos buenos momentos en otros álbumes o incluso se ha llegado a realizar una regresión del propio héroe en otra serie paralela Lucky Kid, y puede que algo de eso haya al comienzo de la aventura cuando el sobrino se sube en un tren, pero poco más, un mero oasis narrativo. No obstante me gustaría resaltar algo positivo del propio álbum que tiene que ver con la editorial y es que en los extras finales de la colección, recordemos que estoy hablando de la edición coleccionista que sacó hace unos años Planeta por el setenta aniversario del icónico personaje, nos regalase una cronología de toda la obra que no está mal.

Corramos un tupido velo pues y sigamos descubriendo cosas interesantes en esta etapa post-morrisiana de Lucky Luke enfrentándonos con este El jinete solitario (Cavalier seul, 2012). Su dibujante sigue siendo el maravilloso Achdé y la dupla guionística regresa de la mano de Tonino Benacquista y Daniel Pennac y lo que parecía ser una maldición para el proceso creativo de la trama, resulta convertirse en una bendición porque nos encontraremos con momentos verdaderamente brillantes. Todo empieza en esta viñeta.

                                                     (Viñeta 9, página 27).

Por una vez y sin que sirva de precedente, Lucky Luke es vencido por los Dalton y no sólo por ellos, sino por su entorno social. Nuestro vaquero favorito, sin menospreciar a un tal Blueberry (Giraud y Charlier) todo hay que decirlo, se encontrará con que su universo le dará la espalda por tanto, Lucky Luke tendrá que traspasar su propia frontera moral (ese "¿Y si nos portamos un poco mal?") y convertirse en un bandido, ese jinete solitario del título, para transgredir aquello por lo que fue creado. No es baladí amigos, pero los guionistas de este álbum lo consiguen. Lo dice muy bien el propio héroe en la viñeta inferior a su fiel compañero.

                                                    (Viñeta 8, página 31).

¿Qué mundo es ese? Pues el cómic lo describe perfectamente, dividiéndolo entre los cuatro hermanos Dalton. Después que Joe les incite a una revolución interna en el seno familiar, diciéndoles que el próximo líder de la banda será aquel que consiga un millón de dólares, los tres hermanos se pondrán a "trabajar" en ello. William se encargará de un casino, (representación del mundo empresarial), Jack invertirá con ayuda de un sucio abogado en una alcaldía (el mundo político), Averell se dedicará a una pizzería, confraternizando con la mafia padrinesca (el lumpen criminal) y por último Joe, seguirá robando bancos. Tanto este último como Averell se dedicaran a los universos delincuentes mientras que une piense que seguirá vendiendo pizzas (ocultamente se irá introduciendo en la mafia) el otro seguirá haciendo aquello por lo que ha nacido, esto es creado, delinquir. Como vemos todas estas geografías sociales y políticas irán apoyando a los Dalton, poniéndoselo imposible a Lucky Luke para que pueda capturarlos, como siempre lo ha hecho. En definitiva, una propuesta original que como hemos visto parte del cómic para ejercer de crítica, no está mal, nada mal.


                                                            (Viñeta 9, página 29).

domingo, 24 de enero de 2021

DOMINGO DE VIÑETAS. Empezar por el final. Dos. (I).

 


Continuamos con los clásicos, o al menos su estela, porque los creadores de Astérix como de Lucky Luke que nos toca analizar, todavía no han llegado a ese nivel aunque lo han heredado de una forma magistral, como ya vimos en el primer Empezar por el final. Por tanto seguimos rebobinando a estos dos iconos del noveno arte y este domingo toca empezar con la pareja de galos, hablando un poquito de El papiro del César (Le papyrus de César, 2015) y de Astérix y los Pictos (Astérix chez les pictes, 2013) las dos primeras obras de Jean-Yves Ferri en el guion y de Didier Conrad en el dibujo, siempre teniendo en mente al gran Albert Uderzo y al no menos "gigante" René Goscinny.

Para el que esto suscribe hasta la fecha, esperando el nuevo álbum para octubre de este año, El papiro del César es la obra redonda de los herederos "uderzianos" y "goscinnianos", dándose las características a las que nos tenían acostumbrados los maestros, ironía en la forma, actualidad en el fondo, es decir un ejercicio crítico en toda regla, se le añaden otras nuevas que construye una maravillosa encrucijada creativa. 


                                                         (Viñeta 9, Página 9).

El tema sobre el que versará la aventura pudiese ser el de la viñeta de más arriba, pero no es más que una excusa narrativa, para presentarnos de lo que de verdad se hablará, que no es otra cosa que la INFORMACIÓN. Lo dice el propio Doblepolémix, el Asange galizado de nuestra historia, "Tengo en mi poder un documento que hará temblar al Imperio". Ya sabemos de qué documento habla pero he querido subrayar esas palabras porque, de alguna manera, representan la esencia de lo que es el cuarto poder. Documento como representación de los hechos, que pueden estar adulterados o no, como lo reflejan las viñetas de más abajo, es decir, la construcción de algo primordial en la casuística periodística, y no sólo en ella, el punto de vista.

                                                   (Viñetas 7, 8 y 9. Página 32).

Y por otro lado tenemos el poder como presión, fuerza para cambiar no ya sólo los acontecimientos sino, sobre los mismos, escribir otros nuevos como si se tratase de un palimpsesto, es decir poder manipularlos. Por tanto, la INFORMACIÓN está en entredicho en este álbum y para ello Conrad y Ferri utilizarán algo novedoso, la perspectiva. Sí, ya sé que anteriormente los maestros la han utilizado, sobre todo desde un punto de vista del diseño, pero aquí es utilizada, más bien desde uno narrativo, para cuestionar, no lo que vemos sino cómo lo vemos.

                                                    (Viñetas 9 y 10. Página 20).

Elijamos las dos viñetas de más arriba. La número nueve nos presenta un trozo de la aldea irreductible poblado por algunos de sus habitantes. La siguiente, no es una correlativa, como suele suceder en una continuidad narrativa, con cierta lógica. Como si nos saltáramos un eje cinematográfico imaginario, salimos de la aldea para ver a los mismos personajes y la misma zona, pero desde otro punto de vista, el de un espía romano subido a uno de los muchos pinos que cercan el recinto galo. ¿Qué ha sucedido? Se ha transformado el punto de vista, la percepción de lo contemplando ha mutado, se ha producido un giro, todos los personajes están en la misma posición, más o menos, pero los vemos desde otra posición. Aquello que vemos se puede contemplar/interpretar de diferente manera, de hecho el legionario creerá que el papiro que está buscando Roma es el que se encuentra entre los irreductibles, cuando el verdadero viaja al Bosque de los Cornutes. Algo así como expresiones que hemos oído cientos de veces del tipo "No existe la verdad, sino las verdades" o "Todos tenemos nuestras razones", se podrían representar entre estas dos viñetas. Pero siguiendo con ese giro "copernicano" formal más adelante los autores presenta un cambio de perspectiva más directo.  

                                                     (Viñeta 3, Página 31).

Un águila romana sobrevuela la aldea contemplándola con otros ojos, los del lector, que pocas veces la habrá visto como en esa viñeta panorámica. Y es que los nuevos creadores de Astérix nos traen viento nuevo, viendo o comprendiendo cosas que o no sabíamos o nunca las habíamos visto. De alguna manera eso también es parte del tema a tratar en la aventura, de otorgar nueva INFORMACIÓN a los antiguos, pero también nuevos, lectores que se aproximen a las aventuras de Astérix y Obélix. Por ejemplo, sabremos una nueva razón por la que Asurancetúrix permanece en la aldea, más allá de conocer la versión amable de Astérix en la India (Astérix chez Rahazade,1987), aquí reside otra, un pelín maquiavélica.

                                                       (Viñeta 4, página 28).

O observar a un Panorámix desatado, trasunto ligeramente, del que contemplamos en El combate de los jefes (Le combat des chefs, 1966)).

                                                         (Viñeta 2, página 40).

Pero tenemos que ser consecuentes con el objeto a analizar, un producto de entretenimiento, donde lo más importante y eso también lo legaron de los maestros, es el relato y su administración. No existe una verdadera "pócima mágica" para poder revelar el enigma que se esconde detrás de una buena historia y su manera de contarse, pero la viñeta de abajo puede proporcionarnos algunas claves.


                                                     (Viñeta 1, página 25).

El clima, el ambiente, entre el mito mantenido por esa niebla al fondo de la viñeta, o la realidad del bosque en primer término, protagonizada por ese zorro babeando a su futura presa escondida en un tocón de árbol. Eso nos llevará a un regreso, o más bien, una continuación como si no hubiese pasado nada, un "Decíamos ayer" de Fray Luis de León empezando su cátedra después de años encarcelado, eso será Astérix y los Pictos. No es baladí que el regreso de Astérix sea un viaje, es toda una declaración de principios.

                                                        (Viñeta 1, página 15).

La noción de viaje nos confraterniza directamente con la aventura, ese bote mecido por el agua nos trae muy buenos recuerdos de La gran travesía (La grande traversée, 1975), por citar un sólo ejemplo. El relato se alimentará de la diferentes anécdotas que irá explorando hacia la lejana Caledonia, desde la típica del lago Ness, con Nessi incluida, hasta la divertida forma de tatuarse de los lugareños pasando por, como no, el mundo gastronómico, entre los que destacan el descubrimiento de Obélix con el salmón en papillote o el agua de Malta que se lo dará a un tal Uiskix. Los detalles inundan el periplo pictográfico de una manera prodigiosa, agazapándose el humor y la actualidad en los rincones más insospechados de las viñetas. Como prueba, un botón.

                                                          (Viñeta 1, página 25).

Un detalle como dibujar unos canalones de madera transportando el agua a la aldea en el rincón inferior izquierdo, nos puede revelar muchas cosas, desde un sentido histórico a uno social, sin dejar de pensar que el propio dibujo contiene una riqueza admirable. Pero ante todo, el recorrido, la hazaña, demanda un movimiento.


                                                         (Viñeta 8, página 35).

El sentido subterráneo de la viñeta de arriba nos indica la misión subterfugio de Astérix por revelar las maquinaciones del enemigo del álbum, Mac Abeo, revelándolas delante de todos los clanes al final del mismo. No existe mayor gozo que sentarse y leer un Astérix sabiendo que se encuentra en buenas manos creativas, el relevo ha sido un éxito.

domingo, 17 de enero de 2021

DOMINGO DE VIÑETAS. De anzuelos narrativos. A propósito de Bone. Libro primero. I. El mapa.

 

Aviso para navegantes, antes que nada, no soy muy dado a ejercicios narcisistas pero la ocasión lo vale, por esa razón la tercera parte de este pequeño recorrido al cómic norteamericano, ajeno a universos Marvel o DC que a veces parece que son los únicos pobladores de tal geografía, tiene como primera imagen esta dedicatoria que ni recuerdo cuando me la hizo el propio Smith.

Antes un poco de historia personal, hoy como veréis no dejaré en paz a Narciso. La edición que comentaré es la que se publicó en España de la mano de la editorial vasca Astiberri aunque mi unión a Bone va mucho más atrás, pero muchoooo más. Tenemos que remontarnos al año 1998 que fue la primera vez que me topé con una portada de la editorial Cartoon Books en suelo norteamericano, concretamente, en el estado de Carolina del Norte, en su capital Raleigh. ¿Qué hacía allí? Bueno, explorar un país, una cultura, demasiad@ mitificad@ desde nuestra Iberia como Aupair, aprendiendo un idioma y conociéndome a mí mismo.

La portada en cuestión era esta, bueno le falta el logo y más cosas, porque ésta la he sacado de la edición Astiberri en su sección de Portadas Originales, ya hablaremos otro día del trabajo de Astiberri al frente de esta edición que es para quitarse el sombrero, pero la concisión, eso que apesta a los políticos, es la que manda. En una tienda de cómics del downtown raleighiano me encontré con Bone y la primera reacción, tengo que decirlo, fue de rechazo, nada más abrir sus páginas me encontré con unos dibujos muy sencillos y una historia introductoria de lo más pueril. ¡Iluso de mí! Allí lo dejé, rodeado de superhéroes que más tarde invadiría las tiendas de cómics de este país, y me marché en busca de experiencias en la sombra, me tocaba ir a ver una peli. Los años pasaron y ya aquí, en territorio madrileño-gatuno, volví a encontrarme con Bone, esta vez de la mano de la asturiana Dude Comics (Jorge Iván Argiz), una editorial que por desgracia desapareció. Nada, tampoco le di la oportunidad que merecía, estaba más atento a sus Crónicas de Mesene (Roke Gonzalez Mateo Guerrero), así que simplemente hojeaba sus páginas y, de vez en cuando, leía la deliciosa sección de su correo BarrelHaven (cómo echo de menos esas relaciones epistolares en los cómics de hoy). Volvió a pasar el único dios que existe, el tiempo, y a la tercera va la vencida dicen. En la librería Crisis me decidí a comprarme el "ladrillo" de la edición integral original en blanco y negro. Ahora sí que sí, encontré a Bone y el cielo, allá por 2005.

No es fácil adentrarse en este abismo creativo que es la obra maestra de Jeff Smith y no salir indemne. ¿Y qué tal si hacerlo por el principio, aunque no desde un punto de vista cronológico, ya hablaremos otro domingo de las precuelas de Bone? Bien, esta es mi propuesta ambiciosa, poder hablar cuando se pueda, de cada capítulo que conforma esta odisea, así podéis medir mi pasión, tanta como partes en las que está dividida esta aventura. Por tanto vamos a comentar, un poquito, este primer acercamiento a los primos Bone con El mapa. Y nunca mejor escrito, ahí lo tenemos, eso fue una de las cosas que me atrajo del relato, en los cómics no había nada de esto y por eso quizá que no le di la importancia requerida. ¿Qué es un mapa? Es la representación de una posibilidad, poder sumergirte en un universo propio, no tiene porqué ser original, y explorarlo como yo lo hacía, cada vez que se nombraba un lugar, un sitio, en las páginas del cómic. Además existe un juego metanarrativo con el objeto dentro de las páginas de Bone muy interesante. No está mal empezar con un componente lúdico.


                                                         (Página 16, viñeta 2).

Phoney Bone cuestiona el mapa de su primo Fone Bone, como veremos más adelante, conociéndolo porque una de las cosas que tienen las sagas es precisamente eso, que vamos espiando a sus habitantes, será costumbre en el personaje ya que representa al elemento contestatario, recelando de todo el mundo salvo de sus propios ideas. Según él hay que conseguir un mapa más grande porque están completamente perdidos en la diégesis pero también en el propio mapa. No existe prólogo más fascinante que aquel que desorienta, Jeff Smith comienza su narración en media res. Será su otro primo, el tonto del pueblo según él, Smiley Bone quien llegue con la solución.


                                                            (Página 17, viñeta 3).

A punto de darle un síncope a Phoney Bone, Smiley Bone llega con otro mapa. Uno que tampoco placera al señor, como de costumbre.

                              
                                                         (Página 18, viñeta 1).

El mapa como eje de inicio, posicionamiento de los personajes de la trama, completamente perdidos, y solución a sus problemas aunque haya dudas al respecto de su validez. Pero más que eso, el mapa es un anzuelo narrativo que ayuda a revisar constantemente ya no sólo la posición de los actantes dentro de la historia, sino a replanteárselos una y otra vez. Ese comentario de" ¡Parece dibujado por un niño de cinco años!" regresará a nuestra cabeza avanzado el relato. Y es que Smith sabe que está construyendo algo grande, algo que necesita un pegamento lo suficientemente fuerte como para unificarlo.


                                                    (Página 25, viñetas 2 y 3).

Dejando de lado el mapa en cuestión un rato, en las viñetas de más arriba tenemos otro ejemplo de cómo alimentar la adicción lectora, potenciar la creatividad del lector, posicionándolo con una nueva información, pero al mismo tiempo (y aquí estaría el elemento lúdico antes citado) arrebatándosela. ¿Por qué están buscando a alguien como Fone Bone? ¿Y por qué tiene que tener una estrella?


                                                 (Página 21, viñetas 8 y 9).

Regresamos al mapa porque también hará de anzuelo al propio Fone Bone, le atraerá a una cueva donde unos ojos le están observando. El primer capítulo de la saga se podía haber llamado de mil maneras, pero este "El mapa" nos indica por donde tenemos que guiarnos, qué personajes encontrarnos y qué maravillas descubriremos en una novela gráfica que hereda el relato clásico y lo lleva a unos límites como pocos autores en la actualidad. Uno puede disfrutar de Bone sabiendo que está adentrándose en un territorio clásico, y al mismo tiempo, sabe que está en plena terra incognita postmoderna y autorreflexiva acerca de la noción de cuento, uno que no tiene edad.


                                                                                               Continuará...

domingo, 10 de enero de 2021

DOMINGO DE VIÑETAS. Edificando Diégesis.

 


Comenzamos la segunda parte o más bien etapa de este viaje que nos llevará, esta vez, por el territorio USA. Ya hablamos de nuestras intenciones exploradoras en la primer parte de este periplo. Así que sin más, comencemos y hagámoslo con una pregunta, una que puede ser respondida de muchas maneras y formas, pero que se torna esencial, primigenia: ¿cómo se construyen los relatos? Diseñando sus diégesis, esto que parece una perogrullada es primordial para acceder a la historia que queremos contar, y como digo, hay disímiles opciones de poder realizarlo, Isola (Image Comics y Planeta Cómic aquí) nos puede ayudar. El comic de Brenden Fletcher en el guion junto a Karl Kerschl, que también se encarga de los lápices junto a Msassyk, sin olvidarnos de la rotulación de Aditya Bidikar nos sumerge en un mundo de fantasía que nos puede servir para descubrir / desenterrar el término narratológico por excelencia. No existe historia si no hay un mundo, un universo, preparado para sustentarla, una argamasa que constituya el refuerzo perfecto para que no se caiga o derrumbe. El actante (otro término narratológico nuclear) vive en la diégesis y muere en ella, su geografía es como un espejo de su interior, lo que le rodea, incide en lo que está pensando. Es muy importante la acción / verbo reconstruir para poder desarrollar el azar, el alea que diría Noël Burch, y llegar a un buen puerto narrativo.


Antes de comprobar lo que nos regala Isola, veamos lo que la rodea, nos puede dar importantes pistas acerca de su diégesis. En Estados Unidos cada número se publicó con dos portadas, el detalle de más arriba corresponde a la portada que presenta a los diferentes personajes de la serie y la alternativa lo hacía sobre un momento concreto de cada cómic. En el número uno aparecía su protagonista, Rook del Círculo, un soldado que por circunstancias dramáticas acaba siendo guardiana y compañera de la reina Olwyn de Maar. He querido sobrevolar dicha portada y quedarme en un trozo de mapa que aparece en todas las que presentan a los diferentes actantes de la trama. Todas detrás poseen un trozo del mapa de la diégesis. En este caso, la región a destacar es la de la capital Maar, donde ocurren unos desagradables incidentes que desencadenarán los acontecimientos que leeremos. El mapa como elemento topográfico de lo "real", el contenedor perfecto de las aventuras de los personajes, sus desplazamientos, sus encuentros, sus descubrimientos, el baúl de viaje donde introducir lo imprescindible y esperar lo impredecible. Cartografiar el relato no es otra cosa que acotar la ficción, ponerla límites para después sobrepasarlos y transformarla en "creíble" para el potencial lector de la obra.

La otra característica valiosa a la que se aferra cualquier buena diégesis es una que va estrechamente ligada a la gramática de la narración. Parece otra perogrullada pero no lo es, quizá suene redundante pero sin un lenguaje no existe la comunicación, ya no sólo a nivel interno del propio relato, entre los actantes que la pueblan, sino a un nivel exterior, entre el escritor / el dibujante y el lector o espectador. Si mirásemos la foto que abre este artículo veremos el título de la serie y debajo la clave de todo lo que estoy diciendo. Un idioma subtitula la obra, la necesidad de ampliar la curiosidad de la diégesis, de este modo utilizando su propia sintaxis, sus propios parámetros gramaticales. Los cinco primeros números que conforman este integral llamado CAPÍTULO UNO, están repletos de palabras que no entenderemos, la mayoría de ellas insultos por lo tanto pertenecientes al lenguaje vernáculo, que enriquecen el texto. Pequeñas anotaciones que nos hacen repasar las páginas para poder llegar a comprender mejor su significado, comprobando que sólo se llega a ese grial comprensible si uno relaciona la situación(ones) en la que ocurre(n), es decir ayudado por el contexto.


                                                            (Páginas 4 y 5).

Momentos como el que se describen en las primeras páginas del prólogo de Isola, nos demuestran que estamos ante una obra madura de unos creadores que no sólo saben dibujar, diseñar y conceptualizar el cómic, sino que son garantes de su montaje, y por lo tanto, controlan su tempo. La página cuatro es calma, una conversación entre monarcas, la viñeta panorámica central quinta nos hace conocer mejor el conflicto que se irá desanudando. Es una amenaza representada sobre el rostro de la reina Olwyn, la tensión explotará en la página siguiente, con Rook luchando contra un supuesto enemigo. La página cinco es el contraste a esa calma, es la acción pura y dura, la que mata, el orden de sus viñetas es casi caótico. De una manera sencilla, que no fácil, los autores nos están diciendo algo parecido a lo que el escritor romano Vegecio expresó: Si vis pacem, para bellum (si quieres la paz, prepara la guerra). 

                                                               "Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum".

                                             Epitoma rei militaris. Prefacio del libro III. (Circa 390).

Un mapa, la palabra y la explosión de un mundo creativo a nuestros ojos. No es casual que volvamos a hablar de la editorial que nos sacó The Walking Dead (Robert Kirkman y Tony Moore) a la luz y de la cual hablamos en otra ocasión con relación a Low (Greg Tocchini y Rick Remender) y Ciencia oscura (Rick Remender y Matteo Scalera) en las dos partes de La FAMILIA en peligro. Image Comics nos muestra el camino a seguir, uno que finalizará en un valle misterioso...




domingo, 3 de enero de 2021

DOMINGO DE VIÑETAS. El alumno aventajado.

 


Kazu Kibuishi no es un desconocido por estos lares, ya hablamos del joven creador en El precio de la ilusión, siguiendo su primer trabajo Cooper y citando su labor casi pedagógica con los libros antológicos de Flight.  Bien, hoy será su segunda creación Amulet la que abra nuestra brújula particular para desplazarnos a otras geografías, como ya hicimos con Japón y el Manga, esperando continuarla algún día. Nos prepararemos entonces para realizar un viaje que nos llevará por territorio Norteamericano, abstenerse fans de Marvel y DC, ya habrá oportunidad en otro momento. Por tanto vamos a conversar un poquito de los tres primeros tomos que conforman la serie, que parece si todo marcha bien, que se terminará con su noveno título. Y hablaré de esos primeros números porque también son los editados en nuestro país, los que queráis explorarlos en la lengua de Shakespeare podéis encontrarlos fácilmente hasta el octavo.

Amulet son muchas cosas, no hay nada nuevo que contar en esta búsqueda por luchar contra un rey Elfo, si aquí los elfos parecen ser los malos de la película aunque con salvedades, buscando piedras, el amuleto del título, protegiendo a los seres queridos en el camino y descubriéndose a sí mismo los diferentes protagonistas de la trama, sorteando todo tipo de peligros en un maridaje de géneros brutal y visitando un sinfín de lugares y geografías, cada una más exótica que la anterior. Como digo no voy a hablar este domingo de originalidad, no lo suelo hacer, pero si estáis buscando vetas nuevas con las que pasar vuestro tiempo, Amulet puede que no se vuestra alternativa o quizá sí, buscando la referencia, el homenaje, a cada salto de página. Puede que ahí reside la dificultad de poder contar algo novedoso de este cómic.

                                     (Amulet I. El portador de la piedra. Página 2).

Lo primero que tenemos que tener claro, y se ve desde el principio en Amulet, como podéis observar en esta página y sus viñetas, es que Kibuishi es un narrador. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que además de ser un brillante diseñador y dibujante, sabe contar un relato, sabe mantener nuestra atención, las viñetas de arriba son casi hitchcockianas y es que el cine, en su amplia diégesis referencial, es uno de sus mayores referentes, la página es pura construcción en suspense. Además es un tipo que no tiene ningún complejo en repetir temas que lo obsesionan, una y otra vez, haciéndonos recordar al maestro Buñuel cuando decía que uno siempre está haciendo la misma película.

El deseo de volar como culmen metafórico imaginario donde todo puede pasar. La primera viñeta de la página 118 del primer tomo de Amulet (edición RBA LIBROS, subeditorial MOLINO) nos muestra al Albatros un aeroplano que protagonizará un momento frenético cuando decidan ir al rescate de la madre de Emily. Ese mismo artefacto volador es parecido al que construyeron un niño y su perro en Cooper, la primera obra de Kibuishi. Habrá más momentos que multiplicaran la tensión en otros tomos, donde la aviación se erige como escenario protagónico. El tercer volumen titulado Los buscadores de las nubes da buena cuenta de ello, el objetivo principal de Emily y sus amigos será una mítico emplazamiento, una ciudad perdida en el cielo de Alledia, llamada Cielis donde tendrán que buscar a un críptico Concilio de Portadores de piedras. Poco a poco se va desmadejando la trama de una manera uniforme, llena de subtramas, pero siguiendo una línea recta donde la imaginación es el verdadero motor creativo regalándonos un maravilloso viaje a los límites celestiales.

Para poder realizarlo tendrá que saber manipular el tiempo, como todo narrador que se precie, y Kibuishi lo sabe. La primera viñeta de la página 14 del primer tomo de Amulet es un calco del recorrido que hacen el niño y su perro en Cooper, en busca de materiales para construir su ilusión/avioneta. El autor no deja de desplegar detalles a lo largo de toda la narración de Amulet susurrándonos, quizá al oído, de dónde viene y cuáles son sus fobias y pasiones. Pero al final lo que cuenta es más el cómo que el qué. La forma se eleva por encima del fondo.

                                 (Amulet II. The Stonekeeper's Curse. Página 206.)

Es un mero despertar, el de Emily, la viñeta tercera nos muestra un par de huevos friéndose y ella se levanta inquieta. No hay nada, absolutamente nada que nos pueda llamar la atención, salvo la calma del momento y un cierto tedio situacional. Antes ha pasado una erupción narratológica donde la acción trepidante era la auténtica protagonista de un montaje electrizante y sin embargo Kazu parece decirnos con esta página y las siguientes que hay que soltar el pedal del acelerador, que aminoremos la velocidad, suficiente para que podamos contemplar cómo se fríen unos huevos, y nos pongamos a repasar los acontecimientos, intentado vislumbrar una salida a las aventuras de Emily y sus amigos. Es un momento Karma que uno se pierde si no ha leído las páginas precedentes.

                           (Amulet III. The Cloud Searchers. Página 139, viñeta 3).

El tomo tercero nos regala una viñeta inquietante por lo que insinúa más que por lo que muestra. La viñeta que no el dibujo ni tampoco el pequeño texto en blanco en el interior de un bocadillo negro, sino todo junto, nos apela a la imaginación. El dibujo muestra un tráiler de lo que puede insinuar el texto descriptivo acerca del rostro del Rey Elfo, pero cada uno sacamos nuestras conclusiones apoyándonos en nuestra propia imaginación. Es un pequeño apunte en una obra que por lo general copia a otros constantemente, pero que eso no se vea como un problema para este artículo, sino una excusa para contar una historia que nos mantiene pegados a la página. Kazu Kibuishi no deja de ser un alumno ejemplar, uno que adoraría cualquier maestro sabiendo que nunca se atrevería a superarlo, pero viñetas como las de arriba nos hacen dudar de su carácter sumiso, puede que sea un alumno pero el adjetivo habrá que cambiarlo por otro, ¿qué tal aventajado?

                                                                                                     La historia continua...