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domingo, 24 de enero de 2021

DOMINGO DE VIÑETAS. Empezar por el final. Dos. (I).

 


Continuamos con los clásicos, o al menos su estela, porque los creadores de Astérix como de Lucky Luke que nos toca analizar, todavía no han llegado a ese nivel aunque lo han heredado de una forma magistral, como ya vimos en el primer Empezar por el final. Por tanto seguimos rebobinando a estos dos iconos del noveno arte y este domingo toca empezar con la pareja de galos, hablando un poquito de El papiro del César (Le papyrus de César, 2015) y de Astérix y los Pictos (Astérix chez les pictes, 2013) las dos primeras obras de Jean-Yves Ferri en el guion y de Didier Conrad en el dibujo, siempre teniendo en mente al gran Albert Uderzo y al no menos "gigante" René Goscinny.

Para el que esto suscribe hasta la fecha, esperando el nuevo álbum para octubre de este año, El papiro del César es la obra redonda de los herederos "uderzianos" y "goscinnianos", dándose las características a las que nos tenían acostumbrados los maestros, ironía en la forma, actualidad en el fondo, es decir un ejercicio crítico en toda regla, se le añaden otras nuevas que construye una maravillosa encrucijada creativa. 


                                                         (Viñeta 9, Página 9).

El tema sobre el que versará la aventura pudiese ser el de la viñeta de más arriba, pero no es más que una excusa narrativa, para presentarnos de lo que de verdad se hablará, que no es otra cosa que la INFORMACIÓN. Lo dice el propio Doblepolémix, el Asange galizado de nuestra historia, "Tengo en mi poder un documento que hará temblar al Imperio". Ya sabemos de qué documento habla pero he querido subrayar esas palabras porque, de alguna manera, representan la esencia de lo que es el cuarto poder. Documento como representación de los hechos, que pueden estar adulterados o no, como lo reflejan las viñetas de más abajo, es decir, la construcción de algo primordial en la casuística periodística, y no sólo en ella, el punto de vista.

                                                   (Viñetas 7, 8 y 9. Página 32).

Y por otro lado tenemos el poder como presión, fuerza para cambiar no ya sólo los acontecimientos sino, sobre los mismos, escribir otros nuevos como si se tratase de un palimpsesto, es decir poder manipularlos. Por tanto, la INFORMACIÓN está en entredicho en este álbum y para ello Conrad y Ferri utilizarán algo novedoso, la perspectiva. Sí, ya sé que anteriormente los maestros la han utilizado, sobre todo desde un punto de vista del diseño, pero aquí es utilizada, más bien desde uno narrativo, para cuestionar, no lo que vemos sino cómo lo vemos.

                                                    (Viñetas 9 y 10. Página 20).

Elijamos las dos viñetas de más arriba. La número nueve nos presenta un trozo de la aldea irreductible poblado por algunos de sus habitantes. La siguiente, no es una correlativa, como suele suceder en una continuidad narrativa, con cierta lógica. Como si nos saltáramos un eje cinematográfico imaginario, salimos de la aldea para ver a los mismos personajes y la misma zona, pero desde otro punto de vista, el de un espía romano subido a uno de los muchos pinos que cercan el recinto galo. ¿Qué ha sucedido? Se ha transformado el punto de vista, la percepción de lo contemplando ha mutado, se ha producido un giro, todos los personajes están en la misma posición, más o menos, pero los vemos desde otra posición. Aquello que vemos se puede contemplar/interpretar de diferente manera, de hecho el legionario creerá que el papiro que está buscando Roma es el que se encuentra entre los irreductibles, cuando el verdadero viaja al Bosque de los Cornutes. Algo así como expresiones que hemos oído cientos de veces del tipo "No existe la verdad, sino las verdades" o "Todos tenemos nuestras razones", se podrían representar entre estas dos viñetas. Pero siguiendo con ese giro "copernicano" formal más adelante los autores presenta un cambio de perspectiva más directo.  

                                                     (Viñeta 3, Página 31).

Un águila romana sobrevuela la aldea contemplándola con otros ojos, los del lector, que pocas veces la habrá visto como en esa viñeta panorámica. Y es que los nuevos creadores de Astérix nos traen viento nuevo, viendo o comprendiendo cosas que o no sabíamos o nunca las habíamos visto. De alguna manera eso también es parte del tema a tratar en la aventura, de otorgar nueva INFORMACIÓN a los antiguos, pero también nuevos, lectores que se aproximen a las aventuras de Astérix y Obélix. Por ejemplo, sabremos una nueva razón por la que Asurancetúrix permanece en la aldea, más allá de conocer la versión amable de Astérix en la India (Astérix chez Rahazade,1987), aquí reside otra, un pelín maquiavélica.

                                                       (Viñeta 4, página 28).

O observar a un Panorámix desatado, trasunto ligeramente, del que contemplamos en El combate de los jefes (Le combat des chefs, 1966)).

                                                         (Viñeta 2, página 40).

Pero tenemos que ser consecuentes con el objeto a analizar, un producto de entretenimiento, donde lo más importante y eso también lo legaron de los maestros, es el relato y su administración. No existe una verdadera "pócima mágica" para poder revelar el enigma que se esconde detrás de una buena historia y su manera de contarse, pero la viñeta de abajo puede proporcionarnos algunas claves.


                                                     (Viñeta 1, página 25).

El clima, el ambiente, entre el mito mantenido por esa niebla al fondo de la viñeta, o la realidad del bosque en primer término, protagonizada por ese zorro babeando a su futura presa escondida en un tocón de árbol. Eso nos llevará a un regreso, o más bien, una continuación como si no hubiese pasado nada, un "Decíamos ayer" de Fray Luis de León empezando su cátedra después de años encarcelado, eso será Astérix y los Pictos. No es baladí que el regreso de Astérix sea un viaje, es toda una declaración de principios.

                                                        (Viñeta 1, página 15).

La noción de viaje nos confraterniza directamente con la aventura, ese bote mecido por el agua nos trae muy buenos recuerdos de La gran travesía (La grande traversée, 1975), por citar un sólo ejemplo. El relato se alimentará de la diferentes anécdotas que irá explorando hacia la lejana Caledonia, desde la típica del lago Ness, con Nessi incluida, hasta la divertida forma de tatuarse de los lugareños pasando por, como no, el mundo gastronómico, entre los que destacan el descubrimiento de Obélix con el salmón en papillote o el agua de Malta que se lo dará a un tal Uiskix. Los detalles inundan el periplo pictográfico de una manera prodigiosa, agazapándose el humor y la actualidad en los rincones más insospechados de las viñetas. Como prueba, un botón.

                                                          (Viñeta 1, página 25).

Un detalle como dibujar unos canalones de madera transportando el agua a la aldea en el rincón inferior izquierdo, nos puede revelar muchas cosas, desde un sentido histórico a uno social, sin dejar de pensar que el propio dibujo contiene una riqueza admirable. Pero ante todo, el recorrido, la hazaña, demanda un movimiento.


                                                         (Viñeta 8, página 35).

El sentido subterráneo de la viñeta de arriba nos indica la misión subterfugio de Astérix por revelar las maquinaciones del enemigo del álbum, Mac Abeo, revelándolas delante de todos los clanes al final del mismo. No existe mayor gozo que sentarse y leer un Astérix sabiendo que se encuentra en buenas manos creativas, el relevo ha sido un éxito.

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