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domingo, 17 de enero de 2021

DOMINGO DE VIÑETAS. De anzuelos narrativos. A propósito de Bone. Libro primero. I. El mapa.

 

Aviso para navegantes, antes que nada, no soy muy dado a ejercicios narcisistas pero la ocasión lo vale, por esa razón la tercera parte de este pequeño recorrido al cómic norteamericano, ajeno a universos Marvel o DC que a veces parece que son los únicos pobladores de tal geografía, tiene como primera imagen esta dedicatoria que ni recuerdo cuando me la hizo el propio Smith.

Antes un poco de historia personal, hoy como veréis no dejaré en paz a Narciso. La edición que comentaré es la que se publicó en España de la mano de la editorial vasca Astiberri aunque mi unión a Bone va mucho más atrás, pero muchoooo más. Tenemos que remontarnos al año 1998 que fue la primera vez que me topé con una portada de la editorial Cartoon Books en suelo norteamericano, concretamente, en el estado de Carolina del Norte, en su capital Raleigh. ¿Qué hacía allí? Bueno, explorar un país, una cultura, demasiad@ mitificad@ desde nuestra Iberia como Aupair, aprendiendo un idioma y conociéndome a mí mismo.

La portada en cuestión era esta, bueno le falta el logo y más cosas, porque ésta la he sacado de la edición Astiberri en su sección de Portadas Originales, ya hablaremos otro día del trabajo de Astiberri al frente de esta edición que es para quitarse el sombrero, pero la concisión, eso que apesta a los políticos, es la que manda. En una tienda de cómics del downtown raleighiano me encontré con Bone y la primera reacción, tengo que decirlo, fue de rechazo, nada más abrir sus páginas me encontré con unos dibujos muy sencillos y una historia introductoria de lo más pueril. ¡Iluso de mí! Allí lo dejé, rodeado de superhéroes que más tarde invadiría las tiendas de cómics de este país, y me marché en busca de experiencias en la sombra, me tocaba ir a ver una peli. Los años pasaron y ya aquí, en territorio madrileño-gatuno, volví a encontrarme con Bone, esta vez de la mano de la asturiana Dude Comics (Jorge Iván Argiz), una editorial que por desgracia desapareció. Nada, tampoco le di la oportunidad que merecía, estaba más atento a sus Crónicas de Mesene (Roke Gonzalez Mateo Guerrero), así que simplemente hojeaba sus páginas y, de vez en cuando, leía la deliciosa sección de su correo BarrelHaven (cómo echo de menos esas relaciones epistolares en los cómics de hoy). Volvió a pasar el único dios que existe, el tiempo, y a la tercera va la vencida dicen. En la librería Crisis me decidí a comprarme el "ladrillo" de la edición integral original en blanco y negro. Ahora sí que sí, encontré a Bone y el cielo, allá por 2005.

No es fácil adentrarse en este abismo creativo que es la obra maestra de Jeff Smith y no salir indemne. ¿Y qué tal si hacerlo por el principio, aunque no desde un punto de vista cronológico, ya hablaremos otro domingo de las precuelas de Bone? Bien, esta es mi propuesta ambiciosa, poder hablar cuando se pueda, de cada capítulo que conforma esta odisea, así podéis medir mi pasión, tanta como partes en las que está dividida esta aventura. Por tanto vamos a comentar, un poquito, este primer acercamiento a los primos Bone con El mapa. Y nunca mejor escrito, ahí lo tenemos, eso fue una de las cosas que me atrajo del relato, en los cómics no había nada de esto y por eso quizá que no le di la importancia requerida. ¿Qué es un mapa? Es la representación de una posibilidad, poder sumergirte en un universo propio, no tiene porqué ser original, y explorarlo como yo lo hacía, cada vez que se nombraba un lugar, un sitio, en las páginas del cómic. Además existe un juego metanarrativo con el objeto dentro de las páginas de Bone muy interesante. No está mal empezar con un componente lúdico.


                                                         (Página 16, viñeta 2).

Phoney Bone cuestiona el mapa de su primo Fone Bone, como veremos más adelante, conociéndolo porque una de las cosas que tienen las sagas es precisamente eso, que vamos espiando a sus habitantes, será costumbre en el personaje ya que representa al elemento contestatario, recelando de todo el mundo salvo de sus propios ideas. Según él hay que conseguir un mapa más grande porque están completamente perdidos en la diégesis pero también en el propio mapa. No existe prólogo más fascinante que aquel que desorienta, Jeff Smith comienza su narración en media res. Será su otro primo, el tonto del pueblo según él, Smiley Bone quien llegue con la solución.


                                                            (Página 17, viñeta 3).

A punto de darle un síncope a Phoney Bone, Smiley Bone llega con otro mapa. Uno que tampoco placera al señor, como de costumbre.

                              
                                                         (Página 18, viñeta 1).

El mapa como eje de inicio, posicionamiento de los personajes de la trama, completamente perdidos, y solución a sus problemas aunque haya dudas al respecto de su validez. Pero más que eso, el mapa es un anzuelo narrativo que ayuda a revisar constantemente ya no sólo la posición de los actantes dentro de la historia, sino a replanteárselos una y otra vez. Ese comentario de" ¡Parece dibujado por un niño de cinco años!" regresará a nuestra cabeza avanzado el relato. Y es que Smith sabe que está construyendo algo grande, algo que necesita un pegamento lo suficientemente fuerte como para unificarlo.


                                                    (Página 25, viñetas 2 y 3).

Dejando de lado el mapa en cuestión un rato, en las viñetas de más arriba tenemos otro ejemplo de cómo alimentar la adicción lectora, potenciar la creatividad del lector, posicionándolo con una nueva información, pero al mismo tiempo (y aquí estaría el elemento lúdico antes citado) arrebatándosela. ¿Por qué están buscando a alguien como Fone Bone? ¿Y por qué tiene que tener una estrella?


                                                 (Página 21, viñetas 8 y 9).

Regresamos al mapa porque también hará de anzuelo al propio Fone Bone, le atraerá a una cueva donde unos ojos le están observando. El primer capítulo de la saga se podía haber llamado de mil maneras, pero este "El mapa" nos indica por donde tenemos que guiarnos, qué personajes encontrarnos y qué maravillas descubriremos en una novela gráfica que hereda el relato clásico y lo lleva a unos límites como pocos autores en la actualidad. Uno puede disfrutar de Bone sabiendo que está adentrándose en un territorio clásico, y al mismo tiempo, sabe que está en plena terra incognita postmoderna y autorreflexiva acerca de la noción de cuento, uno que no tiene edad.


                                                                                               Continuará...

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