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domingo, 31 de enero de 2021

DOMINGO DE VIÑETAS. Empezar por el final. Dos. (II).

    

Vamos con la segunda parte de este desafío, que es hablar un poquito de dos obras maestras del noveno arte y que en nuestro caso, como hemos querido empezar por el final, no hablaremos tanto de Uderzo, Goscinny o Morris aunque los tendremos muy presentes, sino más bien, comentar algo de sus sucesores. Como vimos en la primera parte, con Astérix, no lo están haciendo del todo mal, entregándonos obras casi perfectas como El papiro del César (Le papyrus de César, 2015), pero como veremos a continuación, con el jinete más rápido que su propia sombra las cosas no van tan bien y que conste que las dos últimas aventuras de Lucky Luke, a expensas de Un cowboy entre algodones (Un Cowboy dans le coton, 2020) que no he podido leer, son magníficas como dejé claro anteriormente.

                                                    (Viñetas 9 y 10, página 8).

En las viñetas de más arriba del álbum Los tíos Dalton (Les tontons Dalton, 2014) puede que esté condensado lo mejor de esta historia escrita por Laurent Gerra y Jacques Pessis y dibujada por Achdé. La presentación del sobrino de los temibles forajidos escenifica una colección de momentos que no distan de ser muy cómicos llegando a ser redundantes en la mayoría de ellos, sin aportar nada nuevo a la trama, devorando incluso al jinete y a su montura. Por tanto la chispa de esa creación narrativa es la que comparten esas viñetas de arriba. Toda una confrontación de egos que Achdé, siguiendo la estela de Morris, la representa con ese rostro del niño en rojo.                                                                            Una pequeña desilusión que quizá tenga algo que ver con el baile de guionistas que tuvo la serie en un momento dado, no lo sé, pero es una pena porque la sola presencia del niño pudiese haber potenciado momentos muy brillantes, de hecho jugar con la representacionalidad infantil nos ha traído algunos buenos momentos en otros álbumes o incluso se ha llegado a realizar una regresión del propio héroe en otra serie paralela Lucky Kid, y puede que algo de eso haya al comienzo de la aventura cuando el sobrino se sube en un tren, pero poco más, un mero oasis narrativo. No obstante me gustaría resaltar algo positivo del propio álbum que tiene que ver con la editorial y es que en los extras finales de la colección, recordemos que estoy hablando de la edición coleccionista que sacó hace unos años Planeta por el setenta aniversario del icónico personaje, nos regalase una cronología de toda la obra que no está mal.

Corramos un tupido velo pues y sigamos descubriendo cosas interesantes en esta etapa post-morrisiana de Lucky Luke enfrentándonos con este El jinete solitario (Cavalier seul, 2012). Su dibujante sigue siendo el maravilloso Achdé y la dupla guionística regresa de la mano de Tonino Benacquista y Daniel Pennac y lo que parecía ser una maldición para el proceso creativo de la trama, resulta convertirse en una bendición porque nos encontraremos con momentos verdaderamente brillantes. Todo empieza en esta viñeta.

                                                     (Viñeta 9, página 27).

Por una vez y sin que sirva de precedente, Lucky Luke es vencido por los Dalton y no sólo por ellos, sino por su entorno social. Nuestro vaquero favorito, sin menospreciar a un tal Blueberry (Giraud y Charlier) todo hay que decirlo, se encontrará con que su universo le dará la espalda por tanto, Lucky Luke tendrá que traspasar su propia frontera moral (ese "¿Y si nos portamos un poco mal?") y convertirse en un bandido, ese jinete solitario del título, para transgredir aquello por lo que fue creado. No es baladí amigos, pero los guionistas de este álbum lo consiguen. Lo dice muy bien el propio héroe en la viñeta inferior a su fiel compañero.

                                                    (Viñeta 8, página 31).

¿Qué mundo es ese? Pues el cómic lo describe perfectamente, dividiéndolo entre los cuatro hermanos Dalton. Después que Joe les incite a una revolución interna en el seno familiar, diciéndoles que el próximo líder de la banda será aquel que consiga un millón de dólares, los tres hermanos se pondrán a "trabajar" en ello. William se encargará de un casino, (representación del mundo empresarial), Jack invertirá con ayuda de un sucio abogado en una alcaldía (el mundo político), Averell se dedicará a una pizzería, confraternizando con la mafia padrinesca (el lumpen criminal) y por último Joe, seguirá robando bancos. Tanto este último como Averell se dedicaran a los universos delincuentes mientras que une piense que seguirá vendiendo pizzas (ocultamente se irá introduciendo en la mafia) el otro seguirá haciendo aquello por lo que ha nacido, esto es creado, delinquir. Como vemos todas estas geografías sociales y políticas irán apoyando a los Dalton, poniéndoselo imposible a Lucky Luke para que pueda capturarlos, como siempre lo ha hecho. En definitiva, una propuesta original que como hemos visto parte del cómic para ejercer de crítica, no está mal, nada mal.


                                                            (Viñeta 9, página 29).

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