Como un pequeño anticipo, os dejo con la primera crítica cinematográfica que me publicaron en ScifiWorld hace un tiempo. El film en cuestión fue En tiempos de Brujas y nos leemos mañana en plena Sesión Continua del Sueño de Los.
Anamnesis medieval. Apostilla a En tiempo de brujas.
“La libertad no siempre supone la posibilidad.”
Moebius.
Certeras palabras de Jean Giraud, autor de cómics e
ilustrador francés y cuya cita no es baladí en esta crítica como veremos más
adelante, que posicionando el poder económico frente a la creatividad, ésta
última, a veces, no sale bien parado del proceso creativo. Podíamos trasladar
ése pensamiento al film de Dominic Sena, donde la inversión
mercantil, coproducción estadounidense con varios países europeos, y como
consecuencia elevando montante, no sólo se muestra fútil sino inútil al relato
de los dos cruzados (Nicholas Cage y
Ron Perlman) en busca de redención
en la Centroeuropa
del siglo XIV, pero si efectiva en su
aproximación visual. El final de la odisea medieval del transporte de una
joven, presuntamente bruja, hacía una remota abadía en las montañas, para ejercitarla
en un ritual con la ayuda de un misterioso códice, es representativo de tal
aseveración. Cuando los cruzados llegan al edificio eclesiástico lo encuentran
vacío, como el guión de la película. Por citar dos ejemplos representativos de
la inanidad del proyecto, uno la desvergonzada desaparición de un personaje en
mitad de una persecución, el del guía, actante nimio en su significación
narrativa. No es que sea eliminado, sino que se desvanece y después regresa por
arte de magia. Y dos el giro final de 360º tan característico de los sustos
cinematográficos, dándole un vuelco a todo el relato. Pero esta reseña lo que
quiere ser es una acotación que complemente al film, por lo tanto dejaremos a
un lado la vacuidad del guión, para adentrarnos en el fascinante mundo icónico
que nos presenta, una autentica reminiscencia a la
Edad Media pasada por el tamiz de la
iconografía de la bande
dessinée (abreviado, BD), esto es, la
historieta belga y francesa, en definitiva el cómic propiamente dicho. El cine
es un elemento visual como lo es el cómic y cada vez con más precisión, se
establecen vasos comunicantes entre el séptimo y el noveno arte, hasta tal
punto que no sabes si la narración de un álbum es puramente cinematográfica en
su base, o si la de una película, lo es del cómic. No obstante el storyboard de un film, además de convertirse en una herramienta valiosísima de
puesta en escena, es a su vez, dividido en viñetas, una autentica novela
gráfica fílmica.
La historia de la película se centra en el regreso de dos
caballeros que juraron lealtad a la iglesia, defendiéndola del infiel, y de
cómo la perdieron con el paso de los años. Su repatriación forzosa,
convirtiéndose en proscritos de la cruz, no sólo presenta un tiempo, el siglo
XIV, sino un espacio, la Europa
devastada por la peste bubónica, representando una crisis decisiva en el
exterior, la unidad espiritual se fragmenta (que terminará por dividirse con
Lutero), el hombre no es nada frente a la muerte, y en el interior, los
personajes se cuestionan sus comportamientos. La peste negra aceleró la
gestación de un nuevo pensamiento, poniendo en solfa la finitud del hombre.
En este tiempo de enfermedad, la cosmovisión del culto al
cuerpo en su vertiente estética, exaltada en la antigüedad y sacralizada en la
Edad Media es aplastada con horror, frente
a los sinnúmeros de cadáveres putrefactos en descomposición, incluso antes de
morir. La peste cuestiona los ideales de belleza medievales y la santidad del
cuerpo, observa con espanto lo que verdaderamente nos constituye: fluidos y
carne que están expuestas a cualquier evento de la naturaleza. Los paisajes por
donde pululan los héroes del film,
sobre todo en núcleos de asentamientos humanos pequeños, la granja infestadas
de campesinos que tienen por todo su cuerpo el estigma cutáneo, los tumores
pequeños de pus, o grandes, las ciudades, autenticas metáforas
bubosas putrefactas, donde la población vive hacinada en diminutos rincones,
intentando salvarse de la enfermedad venérea, pero adentrándose en la misma,
sin remisión. El ejemplo visual que representa este desasosiego, es el del
cuerpo del arzobispo que encomienda la
misión a los dos cruzados, cuyo rostro esta plagado de bubones, deformando las
facciones del personaje. Este personaje afligido enlaza perfectamente con los
personajes atormentados del cómic de Serge
Le Tendre y Régis Loisel, La
búsqueda del pájaro del tiempo. Magna obra fantástica, ambientada en una
Edad Media fabulosa, donde un caballero tendrá que custodiar a una joven en su
periplo en busca del mítico pájaro. Además de compartir elementos narrativos
con la película de Sena, mezcla
imaginarios paisajes sacados de las páginas de la novela gráfica, describiendo
plásticamente los ambientes, ayudándose, por ejemplo, de la presencia de la
porosa niebla en el bosque, que rodea a los personajes,
humedeciendo sus armaduras y monturas, preparándolos para el asedio lobuno ante
el inminente aullido animal, presagio de la proximidad de la Parca. En la BD ,
el elemento atmosférico contornea los límites de la viñeta, casi haciéndolos
desaparecer y esbozando los contornos humanos de los personajes.
La presencia de la foresta también nos remite a un lugar
mítico en el imaginario medieval. El bosque, símil a lo prohibido por
desconocido, es protagonista en la obra del guionista Arleston, cuyo Los bosques de Ópalo
dibujado por Pellet, señala
paralelismos con En tiempo de brujas. La frondosidad como antesala a lo ignoto,
a lo que no se sabe, a lo que no está limitado, al caos. Espacio habitado por
los monstruos creados por los Bestiarios más surrealistas, protagonizan
momentos de acción en el cómic, que se expandirán en el film, como la persecución de los lobos satanizados al convoy que
lleva a la joven bruja a la abadía.
Un tercer espacio indispensable en esta remembranza bajo
medieval, sería la presencia de la biblioteca, lugar de recogimiento y
sabiduría, que la película se encarga de desarticular, convirtiéndola en humus y torpeza. No obstante nos queda
el recordatoria de que esta biblioteca se parece a una que emerge al comienzo
de otra espectacular BD, El Tercer
Testamento de Xavier
Dorison y Alex Alice. En el
cómic el uso del escenario está utilizado correctamente, siendo el motor de la
narración, el encuentro de un extraño relicario. Entre el silencio nace la
incógnita; entre la tranquilidad, resurge el enigma. Elementos que harán
construir el suspense y hacer seguir al lector, con suma atención la trama. En
el film, ése mismo espacio se transforma en una sesión de lucha libre.
Bosques guardados por la niebla, bibliotecas que contienen
secretos, paisajes desolados por cadáveres putrefactos que señalan el alma
humana. Auténticas “terras
incognitas” de una época, que oscureció al mundo y que sólo pudo ser
combatida con la ayuda de la luz que desprendían los códices antiguos,
miniaturas magistrales, génesis del cómic y del film, Grimorios
representativos de un imaginario fantástico medieval.
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