“Una sonrisa era el elemento común denominador del dispar trío. Nicole, Mustafar y Bill miraban estupefactos el fondo del pasillo. Un hilo de luz se filtraba por un agujero acariciando sus rostros e invitándoles a salir del Templo. De pronto las paredes empezaron a temblar, como si sus piedras se ensanchasen a ambos lados. Los tres se giraron al unísono al oír un estridente ruido. Sus pupilas se ampliaron al ver como la gran Roca se acercaba peligrosamente. Rápidamente empezaron a correr hacia la salida. La Roca desbrozaba todo a su paso y seguía a los aventureros, intentando sellar su única posibilidad de escape.”
Algunos de los aventureros consiguieron reunirse al final como pudimos ver
en la última foto del capítulo anterior (Pasando el Ludomingo con The Adventurers: El Templo de Chac. Capítulo 3. El Río Subterráneo)… junto con la
Roca, que los iba siguiendo. Y hasta aquí todo parecía fácil, más o
menos, porque llegamos al momento del juego más difícil, ya que el azar de los
dados jugó un papel decisivo, mucho antes incluso que las diferentes
estrategias de los personajes. Por ejemplo con la habilidad de salto de Nicole, la
arqueóloga francesa podría haber avanzado un paso más sin necesidad de tirar los dados,
pero desafiar al alea no es siempre lo que uno espera, y fue la tercera en salir
indemne del templo. Quizás en un principio los que parecían tenerlo más
complicado, al final han sido los más beneficiados. Estoy hablando sobre todo
de Markus Bessler y de Araly Tamay, los dos últimos aventureros; uno continuando
buscando tesoros en las hornacinas del pasillo (aquí os dejo la cantidad de
tesoros que llevaba obtenidos. Hay que decir que a más cantidad de tesoros, menos
posibilidades tienes de moverte, ya que la mochila está más cargada, dificultándole su tirada de dados) y la otra,
defendiéndose en el Río Subterráneo.
Como ya he anunciado, Nicole se escapó pero no fue la primera sino que fue
Mustafar quien lo hizo, seguido de cerca por Puccio Cortese y la última fue Araly.
La Roca, como podéis comprobar, seguía con su erosionado camino y al fondo se podía ver a Markus Bessler. ¿Faltaba alguien? Me temo que sí, el
profesor Baker no estaba. El juego aún no había acabado porque si bien es cierto que
teníamos a varios aventureros libres, había que esperar hasta el último de ellos o
bien, que la Roca se posicionase en la última casilla del pasillo, bloqueando la
salida del templo. Pero regresemos al pasado. ¿Cómo sucedieron las cosas?
Bien después de que Mustafar, Puccio y Nicole lograsen escapar, le tocaba
el turno a Bill Baker. En la foto podemos ver como se encuentra solo ante el
acecho de la Roca, mientras Araly intenta salir del Río subterráneo con una
buena tirada de dados. Markus, en primer término, como siempre a su codiciosa
bola.
Pues amigos no tuve suerte con la tirada de dados del profesor Baker y la
Roca lo aplastó impunemente delante de Araly. Markus totalmente indiferente, tenía otros negocios en mente como seguir saqueando el corredor.
Araly Tamay podría a ver sido la siguiente aventurera en morir aplastada
por la Roca. ¡Mirad que cerca la tenía! Pero en su caso, los dados la ayudaron
y consiguió escapar del templo. Y por curioso que resulte, al final el amigo Bessler también pudo salir con
vida del Templo y lo que es más inaudito, consiguió ganar a todos sus
compañeros, ya que fue el único que consiguió la talla de oro del Dios Chac,
junto con todo lo que había garrapiñado del corredor de la Roca.
Como habéis comprobado, no siempre gana el bueno o el más fuerte, sino el
que más suerte tiene. Y como habéis podido ser testigo, hemos pasado un domingo
trepidante siguiendo a estos curiosos aventureros, desentrañando los misterios
que encierra un juego de mesa tan divertido como entretenido. A veces el poder evocador de la creatividad narrativa se encuentra en los rincones más insospechados. Espero veros en
próximos Ludomingos.
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