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domingo, 22 de septiembre de 2013

PASANDO EL LUDOMINGO EN CADWALLON. CIUDAD DE LADRONES. CAPÍTULO 1. EL TESORO DEL DUQUE.


"Dieron las doce campanadas en la plaza mayor de Cadwallon y sus redobles sonaron en todos los distritos, incluido el del gremio de Ladrones. Parecía como si los dioses diesen la señal para empezar un juego de estrategia y espionaje en el centro de uno de los barrios más peligrosos de la urbe libre."

Mi elección para elegir a la banda de los Malditos (los situados abajo de la foto con sus cartas en rojo) se refrendó sobre un esquema clásico de balanzas, la del bien contra la del mal, la luz contra la oscuridad por esa razón opte por congraciarme con los ladrones más siniestros de todo Aarklash. En el otro lado del barrio se encontraba la banda de los Ejecutores. En principio no me supondría ningún problema pero las cosas se torcieron como siempre y además agradezco que así ocurriera, multiplicando las opciones narrativas de un juego de mesa como éste. La tarde prometía.



Bien, dicho esto el objetivo de este primer episodio era el obtener el máximo de ducados posibles, pertenecientes al poderoso Duque de Cadwallon y salir del distrito con vida y sin ser capturado. Las cartas de misión situadas en la parte derecha de la hoja de la aventura, darían un plus más para la avaricia de los ladrones, dándoles oportunidad de conseguir muchas más riquezas, pudiendo alimentar sus roídos bolsillos no sólo con ducados sino con rubíes, esmeraldas y otras piedras preciosas. Pero no sería todo tan fácil, una vez en el interior de las estrechas callejuelas que conformaban el barrio, los integrantes de la milicia despertaron en busca de presas.
Para poder obtener el preciado botín de los ducados del Duque primero un integrante de cualquiera de las bandas tendría que tener en su poder un pergamino y después un manojo de llaves y solo con esos atributos dirigirse a la Tesorería. Una vez en su interior habría que lanzar un dado, gastando la última de tus acciones de siete y dejar a la suerte que hiciese el resto (si la tirada fuese menor o igual que tu valor de mente, el personaje cogería el botín pero si por el contrario el resultado es mayor, el ladrón sería capturado y eliminado del juego).


Rápidamente la banda de los Ejecutores se lanzó a la carrera, serpenteando las baldosas grises de la calzada, haciendo que Harid encontrase un pergamino en una de las casas del extrarradio del distrito. No se sabe muy bien si por el dominio de Harid en el Tarot, que pudo consultarlo, o bien porque Vane tuvo la suerte del principiante el caso es que en su turno acabó con los valiosos objetos que requerían la misión de sustracción. Porque Davitto pudo conseguir el manojo de llaves en otra de las habitaciones. Quizás como los dos son Cadwës, su conocimiento geográfico de la ciudad les valió de algo.


Pero su suerte no les duraría toda la noche. Jehlan apostado en uno de los rincones de una callejuela asaltó a Davitto y gracias a un golpe crítico en forma de carta Arcana, pudo derrotar al enano robándolo el manojo de llaves.



El acto fue rápido y limpio, haciendo que el reptiliano Jehlan pudiese acceder a la Tesorería y obtener el preciado botín, mientras en el exterior, Davitto seguía sin tener buena fortuna porque Kornak el miliciano le esperaba para capturarle.


El ritmo fue encrespándose, las bandas posicionándose y observando cuidadosamente los movimientos del contrario pero también del de los milicianos. La concentración era considerable...


...hasta que sonó el grito de alarma en el distrito como si fuese un gallo afónico cantando al amanecer. Los hombres del Duque accionaron el sistema de rastrillos para poder encerrar a los ladrones en el distrito.


Los primeros en caer fueron del lado de la banda de los Ejecutores (se puede apreciar en la foto siguiente, en el lado izquierdo del tablero, tanto Leona como Iris no pueden salir del distrito, siendo además asediadas por Kornak).


O en mi caso el enano oscuro Torham, encerrado por un rastrillo cuando estaba a punto de abandonar el distrito y detrás Valrut, el otro miliciano.


Fueron  daños laterales de una noche enfermiza donde los Malditos se hicieron con el botín y otras muchas más cosas, a cambio del sacrificio de la captura de Torham y del mercenario Dorak.


Mientras que Vane perdió su oportunidad de conseguir los preciados ducados, aunque en su camino obtuvo alguna que otra recompensa y solo perdió a Davitto.


He salido tocado de la partida con solo dos integrantes de mi banda en libertad. Habrá que hacer algún pacto con algún dios oscuro para poder liberarlos porque sin ellos, la próxima aventura parece imposible: ¡enfrentarse con uno de los mayores problemas que tiene el gremio de ladrones de Cadwallon, la encarnada Isabeau!

Continuará...

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