En Octubre calentamos motores de
cara al próximo estreno del capítulo séptimo de la saga galáctica más famosa de
todos los tiempos, y no estoy hablando de la trekkie, con la nueva serie de televisión Star Wars Rebels. Un show
que seguirá el estilo técnico de Las Guerras Clone y que no tendrá una
presentación de lujo como fue un film estrenado en cine, allá por el año 2008
(Star Wars: The Clone Wars, Dave Filoni). Lo que ha hecho Lucasfilm es
aglutinar algunos momentos de la serie en un episodio de más de cuarenta
minutos llamado la Chispa de la Rebelión (Star Wars Rebels: Spark of Rebellion,
2014). Bien lo que tenemos entre manos desde el punto de vista técnico es una
ampliación y mejora de las características de la antigua serie. La calidad de
los efectos y su montaje es mejor en todos los aspectos. Los animadores y
técnicos han tenido tiempo de desarrollar los efectos que veremos en Rebels. No
cabe duda que Las Guerras Clone supuso un valioso campo de pruebas (sólo tienes
que ver los primeros capítulos de la misma y compararlos con los últimos, no
tienen nada que ver en cuanto a calidad artística). El movimiento de los
personajes, sus gestos están más pulidos y parecen mucho más realistas acorde
con el confinamiento animado de la serie. En cuanto al punto de vista
narrativo, si Las Guerras Clone supusieron un prólogo del Episodio III y al
mismo tiempo un epílogo del II, Rebels continuará el mismo esquema estructural
entre los episodios tercero y cuarto de la saga, trazando similitudes y vasos
comunicantes narrativos entre las series y las películas cinematográficas. En
el caso que nos ocupa el campo de cultivo será Una Nueva Esperanza. Por
ejemplo, viajaremos a las Minas de Kessel para rescatar a un grupo de Wookiees
(destino final que se pensaba C-3PO cuando fue capturado por los Jawas en el
capítulo cuarto de la saga original). Para los fanáticos de Star Wars, la serie
supondrá un avance más en la construcción mitológica del universo creado por
George Lucas y para aquellos que se adentren por primera vez (caso hipotético
pero real), se encontrarán con una reformulación genérica apabullante. Los que
estén acostumbrados a palabras como Sith o Twi’lek, se divertirán buscando
concomitancias entre historias pero también entre los personajes protagonistas,
frente al asombro de aquel que se enfrente por primera vez a la lucha con un
sable de luz (¡qué envidia dan!) o a la persecución de unos cazas Tie.
La historia da un paso más
cronológicamente hablando con respecto a Las Guerras Clon, ya que el Imperio y
su fatídica orden 66 ha borrado del mapa galáctico a los caballeros Jedi y ha
derrotado con sus intrigas a la antigua República, aunque seamos sinceros y
viendo los Episodios I al III, incluyendo la susodicha serie clónica, la
República ya estaba corrompida por dentro y la Federación de Comercio era su
mayor representación junto con los Separatistas. Hay una frase nada más empezar
Rebels dicha por un oficial imperial que refleja muy bien el clima que hay en estos
momentos en la galaxia. Un anciano comerciante expresa su opinión negativa
acerca del Imperio y éste lo apresa automáticamente ante el asombro de todo el
mundo. El oficial los mira a todos y justifica su vil acción diciéndoles que
quién se atreverá a detenerle mientras come uno de los frutos del anciano
preso. El Imperio no es reflejo de un nuevo orden sino más bien de su ausencia,
es la representación del caos y los Sith son su ejemplo frente a los caballeros
Jedi y su idea de orden. Son días oscuros para la galaxia pero no todos están
dispuestos a bajar la cabeza o a mirar a otra parte cuando ocurran las
injusticias. Existe un aguerrido grupo de personajes que por razones muy
dispares y cuyo núcleo vengativo recae sobre el Imperio, hará todo lo posible
para si por lo menos, no vencerlos, hacerles la vida un poco más difícil y
convertirse en el germen de una rebelión que como muy bien dice el agente
imperial Kallus siempre empieza con una pequeña chispa.
En primer lugar habría que
presentar a los ojos y los oídos del espectador en la ficción. A través del
ladronzuela EZRA veremos cómo el
Imperio actúa y cómo se da cuenta de que es hora de despertar físicamente
(ayudando a los más necesitados) y psíquicamente (empezando a entrenarse en los
caminos de los Jedi).
Como vemos la construcción del punto de vista narrativo
es totalmente subjetiva y es que no nos encontramos ante una tesis doctoral
sobre el bien y el mal, ¡esto es Star Wars! Ezra es huérfano y la calle ha sido
su escuela. Las circunstancias lo han llevado a la deriva delictiva con un
único propósito: la supervivencia. Lo deja claro cuando después de ayudar al
viejo comerciante liberándolo, se lleva unos cuantos alimentos y éste le
increpa. El muchacho se justifica diciéndole que lo hace porque tiene que
sobrevivir. Pero a todo héroe le llega su oportunidad tarde o temprano y la
aparición de la nave Espíritu será el detonante. Cuando conoce a Kanan y a su
grupo será una oportunidad de oro para
sentirse parte de un grupo, quizás de una familia (aquí entraría el elemento
ñoño de la serie, sobre todo de la trilogía nueva). De este modo se establece
una relación entre nuestro pequeño protagonista y el grupo, o más
concretamente, Kanan. Este intercambio será importante para él y para el propio
Kanan; sin él no podrá llegar a ser un Jedi y Kanan nunca volverá a ser un caballero
Jedi. KANAN es el cowboy Jedi
(descrito así por uno de los productores ejecutivos de la serie, Dave Filoni). Aquí
reside uno de los elementos formales de la propuesta, su heterodoxia. Romper
los vínculos formales y temáticos que teníamos con respecto a los Jedi. Él es
uno de ellos pero no en el modo tradicional que hemos conocido en las Guerras
Clon y en los films (aunque existan precedentes como el esperpéntico Quinlan
Vos en Las Guerras Clon, tercera temporada, capítulo nueve o el desequilibrado
General Pong Krell en la cuarta temporada, capítulo siete, o en el bando
contrario, Asajj Ventress que no es una Sith al uso, entre otras cosas fue una
buena aprendiz del Conde Dooku).
Se podría decir que es un buen tipo, laxo en
seguir las reglas y bastante sarcástico que ha perdido la fe en aquello por lo
que le habían preparado. Fue testigo de cómo la orden Jedi fue masacrada por Darth
Vader y ahora no sabe cómo vivir en este nuevo sistema dictaminado por el
emperador Palpatine. El personaje empezará a crecer a medida que empiece a
utilizar aquellos poderes que creía perdidos por su desconfianza. La
representación de este hecho esta mostrada en una secuencia brillante, momento
visual heredero de los mejores momentos de Star Wars. Con el paso del tiempo se
ha convertido en un pistolero y necesita dejar la pistola y volver a empuñar el
sable de luz que tiene escondido en su nave. Ante un grupo de imperiales decide
hacer su acto de presentación como Jedi, blandiendo otra vez el sable de luz,
no solo ante el asombro de su enemigo sino también ante sus compañeros.
La tercera integrante del grupo
es la piloto del Espíritu HERA,
perteneciente a la raza de los Twi’lek. Guía y dirige a la banda de rebeldes
representando su decisión y determinación convirtiéndose en su corazón y
manteniéndoles juntos. Una de sus características primordiales es que sabe cómo
sacar lo mejor de cada integrante por eso es una buena comandante.
El cuarto en
discordia será otra raza alienígena, una nueva en el universo lucasiano, ZEB. Es el gran hermano del grupo
aunque más que eso, es su Chewei particular, todo musculo que al principio se
mostrará reticente en la incorporación de Ezra pero que a medida que se
desarrolle la acción se convertirán en inseparables.
SABINE, es la quinta integrante, una auténtica artista explosiva.
Es una mandaloreana y todo aquel fan de Mandalore estará contento de su
incorporación y sabrá en algunos momentos por donde tirará su actitud. Le gusta
hacer explotar cosas, sobre todo si tienen alguna relación con el Imperio. Se
expresa a través del arte, su arte, dejando pintadas sus huellas destructivas.
El último de los integrantes no es humano ni alienígena, es un robot pero uno
que es un compendio de muchos pero de ninguno en particular. Como hemos dicho
son tiempos difíciles y permitirse un droide astromécanico es muy caro por lo
tanto si puedes fabricarlo tú mismo, mejor. Los integrantes del Espíritu lo han
ido construyendo con piezas de otros robots. Es CHOPPER, un gruñón. No tiene maneras, va a su bola, es como si
nunca hubiera estado programado para hacer algo.
¿Y los malos? ¿Qué sería de Star
Wars sin sus villanos? Simplemente la saga esta edificada sobre la efigie de
Darth Vader. Si intentáis eliminarlo de la historia, cosa no muy recomendable,
no queda mucho que contar. La incorporación del antihéroe es tan importante
como la del propio héroe, es más sin él no habría protagonismo y sin
protagonismo no habría historia. En Star Wars Rebels, por lo que sabemos hasta
ahora aparecerán dos. El primero es nombrado por su cargo, no tiene nombre: el INQUISIDOR. Es un cazador de Jedi y de
gente sensible a despertar la fuerza en su interior como es el caso de Ezra.
Hay que dejar claro que no es Sith todavía aunque ha camino por el lado oscuro
como le pasase a la asesina Ventress. Es frío y analítico y está familiarizado
con el entrenamiento jedi. No cabe duda, cuando aparezca el Inquisidor será
algo significante para la historia y un verdadero obstáculo para nuestros
héroes.
El segundo es un profesional del Imperio, el agente KALLUS. Es como un agente del FBI. Su
principal trabajo es que todo el mundo piense de igual manera a favor del
Imperio. Ambos villanos son cazadores pero cada uno en su especialidad.
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