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domingo, 20 de junio de 2021

DOMINGO DE VIÑETAS. El conjunto. (Entreacto).

 


Decía el teniente T. E. Lawrence a un periodista que lo que de verdad le atraía del desierto era que estaba limpio en la maravillosa Lawrence de Arabia (Lawrence of Arabia, David Lean, 1962, USA) y Filène de Anar, general de Peloris, en el Libro I de Servitud, suelta esto en la viñeta de abajo.

                                   (Viñeta 8, Página 25. El cantar de Anoroer).

¿Esperanza? ¿Claridad? Alumbramiento quizá. El desierto físico y psíquico se alza ante los relatos y sus actantes para someterlos a las pruebas más difíciles, pero al mismo tiempo, serán las que guarden los descubrimientos, las revelaciones, más importantes. Hoy, después de haber hablado de los tres primeros Libros de la obra de Bourgier y David, nos detendremos en un paisaje que puede que no despierte ningún interés, no parece haber absolutamente nada salvo arena y calor, y sin embargo está destinado a ejercer un papel esencial en este ajedrez narrativo que es Servitud

La primera vez que vemos el desierto, se (re)produce en una doble página (26 y 27) de El cantar de Anoroer, sí que es cierto que precedida de dos viñetas pequeñas en la página 25, justamente después de que Filène diga lo de más arriba. La primera es un sol y la segunda el rostro de un hombre contemplando algo. Lo siguiente es esto:


 El dibujo es el garante del significado, no hay palabras engullidas en bocadillos, solamente alguna que otra onomatopeya perdida y poco más. Pero precisamente, ¿qué significa esta doble página? Si nos atenemos a aquello que puede observar cualquier lector, es decir si dejamos a un lado todo nuestro particular background y nos centramos en la esencia, esto es las viñetas, veremos que es poco más o menos que una  enigmática danza frente a una construcción que nos puede hacer recordar a la milenaria Petra (Jordania). Sigamos mirando, sobre sus paredes existen misteriosos dibujos que comparten espacio con el resto de las viñetas, añadiendo más recelo a aquello que estamos viendo. No tardan en llegar las primeras hipótesis, nuestro cerebro es vago al arrancar pero una vez que lo hace es imparable. Parece que el peculiar ejercicio, ¿reverencia? tal vez, tenga una conexión litúrgica con el diseño en las paredes. El primero de ellos muestra una especie de serpientes gigantes con unos hombres ofrendando algo. Después de que el extraño del desierto haya dejado sus pertenencias, ¿ofrendas quizá?, al abrigo de las sombras, se dispone a danzar con su palo. El siguiente dibujo muestra como esas serpientes han acabado con todos los hombres, menos con uno, de igual manera el extraño ejecuta su baile, saltando y golpeando la arena, soltando su bastón y haciéndolo levitar hasta que regresa a sus manos. El último dibujo muestra al único superviviente subido en una de las serpientes liderando al resto.

Cualquiera que se haya acercado a Servitud sabrá que esas serpientes bien podrían ser una representación de los dragones y que esos hombres, son los habitantes del desierto luchando contra la herencia de los dragones en la tierra, los Drekkars, pero en cualquier caso sigamos adelante, cada tomo de Servitud, nos regalará una doble página ambientada en ese desierto que parece ahogarnos en un mar de dudas.

Antes de desempolvar las páginas 36 y 37 del libro II Drekkars, nada más adentrarnos en sus entrañas, la página 3 nos presenta un extracto del Libro de Arena perteneciente a una profecía oral de los Riddraks en la cual se nos habla de alguien que los comandará hacia una libertad. Aquí volvemos a recoger el guante referencial para recordar a un genio como Frank Herbert y su poliédrica obra enmarcada también en cierto planeta arenoso llamado Arrakis, pero más conocido como Dune. En ella también se describían los avatares de un cierto libertador, Muad' Dib lo llamaban, y todo empezaba y acababa, curiosamente, en el desierto alrededor de una sustancia impagable, la especia. Regresando a lo que nos concierne, en este caso la doble página deja atrás el enigma para invitarnos a un encuentro, o mejor dicho, a la espera y preparación de ese encuentro. Recolectar, elaborar y compartir, fases que irá la doble página escenificando con una muda gramática pero ensordecedor dibujo, heredando el esquema mudo pero no callado de la doble página del Libro I, seremos testigos de su elocuencia artística en el trazo. De igual manera que hay dos cuencos de madera en el suelo arenoso sobre un tela blanca, un cruce de miradas bastará para forjar un encuentro entre dos hombres. 


Más hombres van apareciendo provenientes del desierto, acercándose a la ampliación de lo que hemos visto en los otros álbumes, esa Petra ya tiene un nombre y parece que no solamente será un santuario escondido en el desierto, si no que cambiará de estatus geográfico, nos encontramos en los orígenes de lo que será la ciudad de Shalin, como bien dice el Hegemón, Sekal D' Aegor, al espía en el Libro II. Esta doble página (32 y 33) del Libro III El adiós a los reyes también nos mostrará a sus constructores, los Riddraks, aquellos que habitaban el desierto y que los Drekkars convertían en esclavos en sus dominios y podemos constatar de algo muy importante. Mientras lejos, los diferentes reyes luchan entre sí y destrozan sus propios países, aquí en el desierto, se crea una alianza. Mientras el rey Garantiel muere de la manera más anodina, aquí nace la fraternidad entre iguales, solo hace falta un intercambio de arena para poder guarecerse de las intrigas y traiciones de aquellos que solamente saben hacer una cosa bien, matarse entre ellos.

La doble página (30 y 31) del Libro IV Iccrins, del cual no hemos hablado todavía, sigue resistiendo a la gramática otorgando el sentido al dibujo, como el resto de dobles páginas que hemos comentado, y también redunda en el tema de la fraternidad entre los hombres, en este caso, se trata de la figura del espía que durante todo este tiempo ha estado conspirando contra los reyes de Los Hijos de la Tierra. Llega a Shalin y en su entrada se encuentra el extraño hombre del principio. Más misterios que resolver. 

En cualquier caso hasta aquí llegaremos hoy, la forma ha conquistado al continente pero como veremos no significa que eso sea categórico, ni mucho menos. Todavía queda explorar el reino de los Ángeles.

                                                                                                                     CONTINUARÁ...

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