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lunes, 12 de noviembre de 2012

MÉNAGES À TROIS SINFÓNICO.

La última Sesión Continua me produjo un sentimiento encontrado en la película La gran Ruta hacia China (Brian G. Hutton, 1982). Por un lado repudio y por otro atracción. Nos encontramos con la producción típica que surge a rebufo de un éxito para intentar subirse al carro de los dividendos económicos, pero con cierta singularidad que me hizo hablar de la búsqueda del Padre como eje simbólico de la narración y que no posee En busca del Arca Perdida (Steven Spielberg, 1981), por ejemplo. No tenemos que olvidarnos que también la producción del Rey Midas parte del filón de las producciones serie B de Hollywood, de las cuales, El Secreto de los Incas (Jerry Hopper, 1954), es una fundacional, tanto por su estética como por su forma, pero ya hablaremos de ella en una próxima Sesión Continua. Centrándonos en mi confrontación. Al final de la historia asistimos a una secuencia desvergonzada, en la que el héroe dirige, literalmente los sentimientos de la chica hacia su persona como si fuese una mera títere de él, cuando ha asistido a toda una declaración de principios por parte de ella, decidiendo salir sola con el avión para ayudar a su padre a vencer al típico déspota de estas producciones. Quizás sea una venganza de algún productor trabajando en la sombra de la realización del film, pero me parece una rabieta, el querer recalcar el poderío machote en una relación. ¿Qué nos está intentando decir la película? ¿Que al final la mujer más díscola, es la más sumisa cuando encuentra al hombre que ama? ¿No es repugnante que en una producción de estas características nos quieran decir algo, cuando lo más importante es el propio pasatiempo? Hasta aquí mi desilusión porque hubo algo que además de atraerme, me sedujo. La partitura de John Barry. Una obra maestra del poder sinfónico de la música sin letras y que recordé que se convertirá en el campo de pruebas de su otra obra maestra más famosa, Memorias de África. La melodía me sustrajo de mi enfado al mismo tiempo que contemplaba las imágenes, transformándome en un enamorado más de la relación, convirtiéndola en un peligroso ménage à trois. Dejando  aparte la ironía, y aprovechando este ejemplo de poder musical cinematográfico, también quería anunciaros la incorporación de una nueva sección titulada Partitura Nocturna, donde se hablará de la Banda Sonora Original. ¿Qué me decís, eh?

Por cierto, ya tengo el programa de la próxima Sesión Continua.



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