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lunes, 25 de febrero de 2013

PERCEPCIÓN CATÓDICA.




Se cita la metáfora para nombrar el lugar donde Estados Unidos guarda los objetos más extraños y maravillosos del mundo en esta serie, que hablaremos en breve. En el primer capítulo se lo conoce como el “Ático de América” o “Mega Caja de Pandora”. Si tuviese que elegir me quedaría con el primero, mi posición crítica a veces va por delante de mi ética y éso de ático suena algo feo, sucio, ¡me encanta! En cualquier caso, este “Arca de Noé”, fantástico y científico al mismo tiempo y ninguna de las dos cosas al unísono, es una maravilla catódica y por esa razón  he elegido Warehouse 13 (Jane Spenson y D. Brent Mote) para comenzar otra nueva sección. Y qué mejor nombre para el bautizo que Percepción Catódica; así que ya sabéis para aquellos que os adentráis en La Fortaleza de Nintes, que en sus dependencias, a partir de ahora además de continuar hablando de cine, bandas sonoras, cómics o literatura, se dialogará con el ente televisivo. ¡Ampliamos la mazmorra!


CAPÍTULO 1. PILOT. (PRIMERA PARTE).
En esta primera parte nos encontramos con la típica estructura de presentación de personajes de la historia; si, efectivamente, ésa que hemos visto cientos de veces. ¡Qué le vamos a hacer si uno a veces es así de sencillo! Me lo he pasado como un enano descubriendo este Almacén 13, perdido en algún lugar de Dakota del Sur. Todos los personajes están bien construidos desde el segundo primero, pero me da a mí que todo gravitará sobre el cuidador del almacén, Artie (Saul Rubinek) y la misteriosa señorita Frederic (C. C. H. Pounder), al tiempo. Ya desde el comienzo, con ese plano de la agente Myka Bering (Joanne Kelly), con la mirada perdida hasta que su atención se posa sobre el rostro de una niña, podemos corroborar la milimétrica presentación del actante. La niña se percata de que lleva una pistola, a partir de ese momento, esa mujer con la mirada concentrada en otro lugar o tiempo, se convertirá en algo más. El objeto posiciona al significante transformándolo en policía y... ¿qué pasa cuando hay agentes pululando por ahí?, pues problemas a la vista. El primero a solucionar será organizar un dispositivo de protección al presidente de los Estados Unidos. El lugar también significa una atención al tema que desarrollará la serie. Un museo, antigüedades, objetos que han pertenecido a otros personajes, enigmas milenarios, arqueología, la piedra azteca de los sacrificios nos alerta al respecto. El personaje enclaustrado en el espacio determina su potencial significante, que se multiplicará cuando los dos agentes penetren en el Almacén 13. He citado el numeral porque me queda presentar al agente federal Pete Lattimer (Eddie McClintock), en las antípodas de su compañera (otra característica de la comedia clásica, la lucha de sexos que iremos asistiendo en los sucesivos episodios). El amigo Pete es juguetón frente a la seriedad marcial de Myka; es resolutivo en cuanto a acción se refiere, corriendo en busca de los malos sin pensárselo dos veces (secuencia en la que sale del museo con la cabeza azteca sangrando, como si se tratase de un jugador de fútbol americano o cuando tiene de frente a Artie con un extraño objeto y lo primero que hace es apuntarlo con su pistola) frente a la capacidad analítica de su compañera, observándolo todo y descreyéndose al mismo tiempo. Y es que otro tema bajo el que se construye la serie me imagino, es la percepción de la realidad y lo que la circunda. La creencia en aquello que te rodea, la Fe en nuestros actos. Y ahí también presentan diferencias sustanciales.


Pete se muestra más inmaduro en ese aspecto, otorgando su credibilidad a todas las cosas maravillosas que contiene el almacén, como si estuviera jugando mientras Myka se muestra reacia a creerlo. La secuencia final es muy sintomática a este respecto. Artie les informa de su primera misión, la búsqueda  de un joven problemático en el estado de Iowa. A medida que lo hace va presentando una serie de juguetes, imprescindibles para su trabajo. Mientras Myka los observa ateamente, Pete se va emocionando, sobre todo con la pistola de Tesla.
El final de esta primera parte no puede ser más intrigante; los dos agentes tienen que encontrar al joven y lo que lo hace ser responsable de sus actos rebeldes por algún motivo que aún desconocemos, y no hay que olvidar que Myka lleva consigo una cartera, con ciertos poderes que perteneció al gran Houdini. Una advertencia se interpone entre los buscadores y su objetivo. Artie les dice con su sonrisa característica que no se olviden de no ser asesinados. ¡Pues éso mismo! Las puertas del Almacén 13 se han abierto y esperemos que no se cierren. 

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