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martes, 11 de noviembre de 2014

LOS TEMÁTICOS DE NOVIEMBRE'14. LA AVENTURA Y PUNTO. PARTITURA NOCTURNA. (IX). EN BUSCA DE LA EXPERIENCIA PERDIDA.

No es secreto de estado el objetivo detrás de En busca del Arca Perdida (1981): pretender homenajear a los seriales de aventuras de los sábados por la tarde que tanto recordaban Spielberg y Lucas. Lo que nadie tenía tan claro es lo que realmente se consiguió y por supuesto, no me refiero al boom mediático que generó. La música nos da las claves. Si hiciésemos un viaje al pasado, nadie se acordaría de cómo sonaban las partituras de esos seriales ni siquiera de sus argumentos, pero sin embargo si preguntásemos a alguien sobre la melodía de la película te sabrían responder. Es más si les desafiaras con que te la tarareasen, lo harían en el acto. Desconocerían cómo se llamaría pero te estarían silbando el tema de Indiana Jones sin lugar a dudas. Eso que parece tan fácil, fue una empresa ardua y complicada por parte de un hombre, John Williams. Descubrámoslo en este Temáticos de Noviembre. La Aventura y Punto.



Y sin embargo, Jones no se aventuró sino que escuchó cuidadosamente […]. Los afilados ritmos le decían cuando correr. Las troceadas cuerdas cuando detenerse y los diferentes leitmotivs cuando besar a la heroína o destrozar al enemigo.
                                                                                       Steven Spielberg. Abril de 1981.

Me gustaría empezar con las emotivas palabras que dedicó el director del film al trabajo sinfónico de John Williams porque ya en la época del estreno, pensaba en la simbiosis perfecta entre la música y la imagen, otorgando a la amalgama una importancia notable. Personalmente creo que en muchos aspectos de la narración, sino en todos, lo sonoro ayudó a resucitar un plano o una secuencia como ya había pasado con Tiburón (1975), La Guerra de las Galaxias (1977) o Superman (1978) por citar tres ejemplos emblemáticos de la banda sonora. Pero antes de penetrar en la selva peruana, me gustaría también hablaros un poco de la edición que seguiremos para este artículo. Ha pasado ya un tiempo y las innumerables ediciones del score han sufrido multitud de transformaciones, optando por elegir la de Concord Music que, además de ser la más reciente, viene cargada de interesantes extras y además posee un listening cronológico de la película. No obstante es digno de mencionar una edición especial anterior de DCC con un excelente análisis de un maestro crítico musical como es Lukas Kendall.




El tema del arqueólogo (Raiders March) aparece por primera vez cuando se salva de los Hovitos, balanceándose hacia el fondo del río amazónico esperando ser rescatado por un biplano. Escuchamos el triunfo del héroe bajo una serie notas cortas altisonantes que, a priori parecen sencillas de crear pero que como ha defendido su autor, fueron todo lo contrario: "Recuerdo trabajando en el tema días y días, cambiando notas, invirtiéndolas, intentando obtener algo que se le pareciese. No puedo hablar por mis colegas pero para mí lo que parece simple no lo es en absoluto. La fabricación [...] es un proceso laborioso y difícil". Indiana Jones refunfuña sobre la presencia de una serpiente en su asiento y esas mismas notas decrecen en intensidad, siendo ahogadas por el sonido de unas campanadas oxfordianas anunciando un cambio de estrategia narrativa. A partir de este momento empieza la historia del Arca Perdida y lo hace en el mundo universitario. La antítesis perfecta del aventurero nómada, su némesis sedentaria: el protagonista es profesor universitario. Y también aparecerán varios temas nuevos como los del Arca o el de Marion pero nos nos adelantemos. Hemos dicho que es la primera vez que oímos la famosa marcha del aventurero pero hasta llegar a ese momento sublime, hemos sido testigos de un singular desarrollo musical que no solo sitúa la acción de la película ubicando a cada personaje, sino que la ambienta de una manera ejemplar (es maravilloso como Williams imita el sonido de unos dardos atacando al héroe utilizando las notas propulsadas de las flautas). Aglutinados en estos primeros temas (1-In The Jungle, 2-The Idol Temple, 3-Escape From The Temple y 4- Flight From Peru), el conjunto proporciona una serie de leitmotivs creados en una alianza instrumental entre aerófonos, cordófonos y de percusión que nos introduce en la misteriosa frondosidad selvática. La tonalidad de los instrumentos de viento y de percusión sutilmente se va abriendo paso mostrando esa equis en el plano del tesoro metafórico que es la búsqueda del Ídolo dorado. Nos encontramos aquí con un ejemplo escolástico de fusión teórica-practica cuando a través de un ejercicio de pizzicato, no solamente es representada la presencia de arácnidos en las espaldas de los personajes sino el estado emocional de repulsa de los mismos, acentuados por el frenética pellizco de las cuerdas. Estamos hablando de los primeros minutos de la partitura y ya se puede construir un análisis de la extraordinaria riqueza sinfónica que desembocará en las famosos notas alegres de Indiana Jones. Pero lo mejor estaría por llegar. El tema del Arca de la Alianza es uno de los más enigmáticos y a la vez más sugestivos de la tetralogía de Indiana Jones, que entronca con el de las piedras Shankara del Templo Maldito (1984) o el Grial de la Última Cruzada (1989) sin olvidarnos de la calavera de cristal de su correspondiente Reino (2008), añadiendo un componente religioso, al menos incidentalmente de origen ligeramente sacro en todas las partituras. El elemento de la fe es el nexo común de todas las aventuras cinematográficas del doctor Jones y su posterior prueba o búsqueda también tiene que ser representada musicalmente hablando.




En el track número 11 de la edición de Concord Music, The Map Room: Dawn oímos el tema del Arca en todo su esplendor. Su desarrollo está ligado al Antiguo Testamento y su representación rompe con el sonido monódico del genero sacro pero sin hacer desaparecer la utilización de la presencia vocal a modo de coro, ejemplo de representación de una época gloriosa y de poder como muy bien nos lo explica la película. El film se podrá tildar de muchas cosas pero una de sus bazas es la simplicidad, aquello que tanto le costó llegar a Williams y que me imagino tampoco fue fácil para Spielberg. El sonido del Arpa (transposición musical del Arca) que se percibe lejana está rodeado por los instrumentos de cuerda a su alrededor y que más tarde será completamente ensombrecido por los de percusión, nos introduce en un momento grandioso y nuclear del film. Indiana Jones ha conseguido encontrar la zona de mapas y el medallón de Ra le dirá la información exacta del lugar donde se oculta el milenario objeto. El momento está construido bajo una tensión demoledora, el suspense a ser descubierto por los Nazis apremia al espectador mientras que el arqueólogo se concentra en su hallazgo. La música describe la secuencia minuciosamente desde cómo Indiana saca su bloc de notas y de cómo escribe sus coordenadas hasta que lo cierra. El detalle es la clave, el tono menor su resolución pero sólo será un prólogo a lo que tenga que ocurrir. La presencia del coro, de la voz humana, amplifica ese tono envolviéndolo en una gravedad musical sorprendentemente elevada. Indiana Jones mira estupefacto el momento y al espectador se le iluminan sus pupilas al ser testigo del hecho mágico. ¿Cómo se produce este proceso y qué hay detrás del mismo? ¿Cuál es su finalidad? Es momento de revelar nuestro objetivo.
La majestuosidad del tamborileo representando al mundo Nazi acaba con todo, incluso con la sinfonía pero el regreso del Arpa con una tonalidad ascendente nos alerta que con las cosas del pasado no se juega, y más las de índole religioso. Las trompetas, como si fueran las mismísimas de Jericó, se tornan agresivas, anunciándonos que estamos a punto de profanar un territorio ignoto junto al arqueólogo. El coro no hace otra cosa que advertirnos del poder descontrolado del Arca o de su mala utilización, escenificando su consecuencia más directa: la ira de Dios hacia los hombres. Las notas del Arpa vuelven a ser escuchadas sutilmente varias veces, acompasando al coro y al final sus sencillas notas se multiplican regresando a su esplendor ayudadas por esa representación de los instrumentos de percusión y viento que escenificaran al final del metraje el verdadero poder del Arca.
Tanto Williams como Spielberg o Lucas solo pretendían una cosa: intentar retornar al feto materno creativo de su pasado adolescente, representar la experiencia cinematográfica que había vivido en su pretérito, regresar a la ilusión primigenia de volver a ver lo imposible, disfrutando con el momento sublime de lo impreciso, de lo agnósticamente inenarrable, en nuestro caso no existe elemento más irrepresentable que esa ira de Dios pero también del entretenimiento puro, sin mensajes, sencillo, radical. Con las imágenes pero sobre todo con su música, En busca del Arca Perdida abrió un nuevo periodo en la historia de Hollywood, por el que a día de hoy se sigue pagando un peaje.

Discografía:

En busca del Arca Perdida. John Williams. Concord Music, 2008.

En busca el Arca Perdida. John Williams. DDC, 1995.


Claves:

I. FLIGHT FROM PERU.

II. THE MAP ROOM: DAWN.






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