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domingo, 17 de mayo de 2020

DOMINGO DE VIÑETAS. ANATOMÍA DEL MOVIMIENTO.



Después del titánico esfuerzo de sacar adelante más que de dibujar, que también, su obra magna hasta la fecha, Bone, Jeff Smith cambió de género y de tonalidad para adentrarse en el thriller y el noir. Si, la herencia cinematográfica sigue siendo bastante permeable entre ambas artes y si no que se lo digan a Frank Miller o a Zack Snyder. Si tuviésemos que elegir una obra del primero como por ejemplo 300 (serie limitada de cinco números publicada por Dark Horse entre Mayo y Septiembre de 1998) y la comparásemos con la película (2006), la pregunta no sería en qué se diferencian o se igualan sino más bien el porqué de su adaptación, el porqué de su necesidad. Algo parecido a lo que está haciendo ahora la pantagruélica Disney con sus propios hijos/as, devorándolos para sacar más pingües beneficios con sus auto adaptaciones de sus clásicos animados perfeccionándolos, dicen ellos. Al final, después de escarbar, el único argumento que permanece es el del metal. Pero regresando al cómic que nos ocupa hoy, Rasl (Astiberri, 2010) ¿de verdad su autor ha cambiado, independientemente del género que utilice?
Igual que se ha vanagloriado su estilo, a veces excesivamente, también se lo ha odiado con idéntica intensidad. Una de sus críticas es la letanía de sus páginas, curiosamente, podría apoyarme en las de Rasl para demostrar lo contrario. Otra cosa con la que se alimenta la turba es con su estilo "perezoso" de clonar sus propios dibujos, las poses de sus personajes. Creo que cuando Jeff Smith escribe y dibuja Rasl es consciente de ello y, más que corregirse que es efectivamente lo que no tiene que hacer, se ríe de eso.

                                                  (Página 13. Rasl. Volumen 1.)

A primera vista puede que exista una cierta desaceleración entre las viñetas que componen la página y una cierta redundancia en el trazo pero, precisamente, lo que está haciendo el autor es resaltarlo más que conformarse con pasar de página. Es decir, ¿y si es capaz de determinar en cuatro o cinco viñetas, que descomponen una trivial conversación en el diseño conjunto de la página, que incluso en los momentos más anodinos puede llegar a pasar algo? ¿Y si nos está señalando cómo mirar los detalles, las cosas verdaderamente importantes de un momento concreto?
En esos momentos "muertos" es quizá donde Jeff Smith pueda llegar a ser especial. Es en esos momentos "vermeernianos" donde puede que esté más libre de la referencia, desatado de todo homenaje y verdaderamente se sienta responsable de su línea para expresarse. Veamos un ejemplo.

                                                   (Página 23. Rasl. Volumen 2.)

La editorial bilbaína Astiberri publicó la obra en dos volúmenes con tapa dura en nuestro país hace una década y todavía sigue apostando por el cartoonist de Ohio. Para este verano, concretamente junio, editará el integral de Bone. Bien, la historia de Rasl está tan imbricada que hablar de ella me llevaría mucho espacio, aquí de lo que se trata es del poder de la viñeta, de su expresión. Miremos esa página 23. Seis viñetas del mismo tamaño, divididas en tres filas invaden la superficie. Esas filas no están alienadas entre sí. Si tomáramos la primera fila como elemento ordenador de la página, la segunda estaría ligeramente más adelantada que su antecesora y la tercera más retrasada. No existe un centro, la composición esta descentrada. Una forma de inquietud en la composición nos está hablando que la normalidad no está establecida, y es que nos encontramos en el "flujo", en una realidad paralela. En ese universo "de al lado" Rob, el protagonista, va en busca de respuestas y a veces son ellas las que le persiguen a él. Aquí le tenemos al lado de un extraño personaje, una niña con expresión "kodamista-miyazakiana" que parece querer algo de él. En esta página me gustaría resaltar la repetición de la presencia del paisaje que arropa a los personajes. Todo lo que pase al fondo del mismo está en una quietud sombría y aquello que está en primer plano, Rob y la niña, a la luz, son los que van cambiando en cuanto a expresiones y poses pero sin diferenciándose. La verdadera transformación viene de la espalda de Rob. La novedad si se quiere en cuanto a administración de la información narrativa, acontece detrás, en el backstage escenográfico.

                                        Página 23. Rasl.Volumen 2. Viñetas 2 y 4).

Un hombre sentado en la segunda viñeta, se incorpora en la cuarta y está erguido en la quinta. Tres posiciones, un solo movimiento, la construcción del suspense hitchcockiano ante los ojos del lector. Y lo irónico del asunto, dejando a un lado el homenaje cinematográfico, es que el historietista juega limpio en su estrategia. Podría habernos colocado la cita y ya pero la primera viñeta nos advierte de que el negro va a ser la clave en esta página, es en la penumbra, en el intersticio entre la luz y la oscuridad, donde se deposita el advenimiento de una posible nueva información que nos mantendrá en vilo. Esa chaqueta negra del protagonista es la llamada de atención. De alguna manera Jeff Smith nos está proponiendo leer su cómic a otra velocidad.

                                        (Página 23. Rasl. Volumen 2. Viñeta 5).












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