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domingo, 21 de junio de 2020

DOMINGO DE VIÑETAS. Gestionando la información.


Regresamos a la BD por todo lo alto. Cuando a uno le toca hablar de un clásico, aunque solamente sea un poquito, le entra una especie de vértigo. Thorgal por muchas razones, y todas obvias, desde el dibujo de Grzegorz Rosinski al guion de Jean Van-Hamme, ha ido evolucionando hasta llegar al olimpo de los maestros. No seré yo, por tanto, quien descubra la valía de esta obra en este rinconcito de blog pero eso no quita que podamos descubrir momentos maravillosos que nos ha regalado y que nos está regalando porque la serie continua y de qué manera. Con series paralelas y continuaciones con otros autores, derrochando una calidad extraordinaria paralela a la del polaco en el trazo y a la de la palabra del belga.

Hoy hablaremos de comienzos y como tales, empezaremos por lo que la web franca Thorgal.com llama el Ciclo de la Maga. Me estoy refiriendo a los álbumes La maga traicionada  y La isla de los mares helados, ambas editadas por primera vez en formato álbum por Lombard en 1980.



No hay nada de heroico en la presentación del protagonista en esta primera viñeta de La maga traicionada. Insultado, encadenado y sin ni siquiera otorgarle el beneplácito de un rostro, el héroe tendrá que resurgir del anonimato de la aventura para distinguirse del resto. En este primer cuadradito, en este primer trazo, ya queda fosilizado el tema principal de Thorgal: la lucha adversa contra todo y contra todos. A medida que avance la serie seremos testigos de cómo esa lucha se irá transformando en resistencia, en la construcción de una dignidad inquebrantable a prueba de humanos y dioses. Pero quedémonos con ese comienzo que es una cuenta atrás para el héroe, antes de que el mar helado lo ahogue. Si uno va leyendo las páginas, y simplemente me quedaré con las primeras cuatro planchas hasta la aparición de Slive, seremos testigos de una meticulosidad del dibujo pero también del detalle en el guion, verdaderamente asombroso. Mientras Gandalf el loco ata a Thorgal en el Anillo de los Sacrificios, mientras se produce un desafío entre los personajes, el verdadero peligro descansa en esa marea, que como si de verdad fuera creciendo a cada página, a cada viñeta, va formando un suspense paralelo casi imperceptible pero verdadero.



El agua, la montaña, el paisaje, la geografía en definitiva es algo que conecta a la perfección con las historias de Thorgal. Más arriba tenemos la primera viñeta de La isla de los mares helados, el segundo álbum de la serie. Qué duda cabe que Harold Foster y su Príncipe Valiente no anda muy lejos. Se puede detectar diferencias entre ambas viñetas, quizá la que más resalta sea la correspondiente al tamaño pero no nos engañemos, tanto una como otra comparten un mismo objetivo. Por un lado establecer la información al lector, en el caso del dibujo, ayudar a habitar un mundo, construyéndolo y en el caso de la narración, de la historia, ir dosificando esa información nutrida de ese pincel. Si viésemos con atención, en la viñeta de arriba hay dos mujeres en lo alto de una colina que bordea la aldea de Thorgal, vemos también la bahía con sus drakkars y por último, lejanas, unas aves que comprobaremos que se trataran de águilas. Miremos un poco más.  El humo expulsado de las cabañas, formado por columnas rectas, sin casi moverse apaciblemente y las aguas del fiordo de una calma insoportable, puede que nos están anunciando que algo va a pasar. La tranquilidad antes de la tormenta. Será la mirada perdida de Aaricia paralela al revoloteo de las águilas quien lo anuncie. La sensación de peligro, otra vez, está asegurada pasando las páginas siguientes y comprobando que esas águilas tienen una misión específica en la historia, que por supuesto no desvelaré.



Pero también existe otra simbiosis perfecta en Thorgal y aquí tenemos una muestra encerrada, como no, en una viñeta. Thorgal descubrirá su origen en este segundo álbum. El escenario revela la clave. Un vikingo, sujetando una espada, enfrente de un trono, cuanto menos, psicodélico donde una bruja lo está esperando. El enfrentamiento está sujeto a la geografía, también aquí, una sala extraña, de un ambiente que no parece ser el suyo. En esta viñeta se aúna dos géneros populares, la ciencia ficción y la espada y brujería. El concepto de género se pliega en Thorgal de una manera inusitada y desvergonzada, que curiosamente no chirría sino que posee una lógica dentro del relato interno de la trama. Al final, el lector puede estar seguro de una cosa, independientemente de si está ante un buen ejemplo de ciencia ficción o de espada y brujería, y es que se encuentra ante un buen relato.

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