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domingo, 16 de mayo de 2021

DOMINGO DE VIÑETAS. El bardo ante el amanecer.

  

                                   

                                     (Página 54 del Storyboard de Brigada 3).

Ya hace más de un año del segundo post que escribí en Domingo de viñetas. Formar parte, hablando un poco de los dos primeros números de Brigada (Enrique Fernández, AME). Bien, cincuenta y cuatro posts después regresamos a su conclusión y lo hacemos apoyándonos en una de las páginas del Storyboard que te regalaban con el crowdfunding a través, esta vez, de Spaceman Project. Aquellos que quieran maravillarse con este amanecer tendrán que leerlo en el álbum original, aunque como se puede comprobar, observando los bocetos, también uno puede sufrir una grata satisfacción disfrutando de la creación en su estado cuasi primario.                                                                                                        

Con este amanecer queda establecido el comienzo de la conclusión, ya que no es su final en "stricto sensu", de la historia en Brigada 3 , pero podemos llegar a cerrar un cierto arco narrativo de la trilogía porque si nos acordamos así era como empezaba Brigada 1, con otro amanecer, cierto es que de índole completamente distinta, pero de esta manera queda demostrada la circularidad del relato y esto nos lleva irremediablemente a la forja de su realización. Pareciese que Brigada es un mecanismo de relojería, cuyos engranajes, elementos narrativos, se van subordinando para celebrar el hecho de "contar un cuento", pero serán, curiosamente, sus imperfecciones, sus fallos, los que nos contaran que eso de narrar no es tan sencillo y que el secreto de aprender algo está sustentando en su error.                    

Partiendo de la base de que un cuento tiene siempre su moraleja, en Brigada de igual manera que el Voirandeer trastoca todo a su paso transformando el orden en caos, podríamos decir que esa moraleja de las fábulas se convierte en evolución de sus personajes, sólo se puede evolucionar si uno ha aprendido de sus defectos. Y es que narrar no es fácil, ahí radica su encanto, en la propia tarea desafiante de poder llegarlo a hacer. Quizá todo el mundo puede contar un cuento, pero narrarlo correctamente, eso es más complicado. Y el reto de leer Brigada 3 prometía, estamos hablando de un cómic que cronológicamente se ha ido realizado a bandazos económicos, guareciéndose en diferentes plataformas para recoger un monto y poder realizarlo. Puede que la historia la tuviese atada y bien atada Enrique durante todo este tiempo, eso no lo sabremos, pero lo que es incuestionable es el tiempo, la duración en poder hacerlo y eso se ha traducido en siete años, desde la primera edición del primer Brigada (2013) hasta la última del tercero (2020). El tiempo puede ayudar, la distancia temporal gana en perspectiva posicionando nuestras prioridades narrativas en el lugar que creemos poder situarlas, pero también puede llegar a obstaculizar la constancia del trabajo, apartándolo cuando la desidia y la procrastinación nos invade, arrinconando esa idea maestra y escondiéndola en nuestro subconsciente hasta quién sabe. Como digo narrar no es fácil pero Enrique Fernández nos lega su trabajo para poder comprobarlo.

Brigada cuenta la historia de un grupo de enanos en un mundo de fantasía pero también es un cuento de amor a la familia y de odio, donde los actos más deleznables pueden llegar a tener cabida. Enanos, elfos y humanos viven en esa geografía de ficción siendo asediados por un extraño ente llamado Voirandeer, que exhala una enigmática niebla que muta todo al revés. Los escenarios van cambiando a medida que son engullidos por ese misterioso humo. Esto que podría ser complicado de seguir, no lo es tanto si prestamos un poco de atención. Existen dos escenarios claves, el poblado de Loon, Senda y su madre, donde van a parar la brigada de Ivro...

                                          (Viñeta 1, página 13 de Brigada 1).

...y la ciudad regida por las tres brujas que la han convertido en un almacén donde sus rebaños de humanos controlados y dirigidos por los elfos, dan cabida a todo aquel que huye del Voirandeer.

                                            (Viñeta 2, página 15 de Brigada 1).

Entre estos dos icónicos lugares se extiende otras tierras pero ya han sido conquistadas por el Voirandeer, entre estos dos lugares se producirán las idas y venidas narrativas, se confeccionarán las conspiraciones y se diseñarán los objetivos de cada personaje, entrelazados, con los de las tres brujas, y de sus diferentes razas mezcladas en el relato de una manera democrática y para nada partidista.  ¿Cómo podemos detectar la perfección y el error en la historia? Como hemos dicho, anteriormente, lo perfecto, lo bello que diría Umberto Eco, la suma de las proporciones, no nos interesa pero sí que nos sirve para poder comprobar que, efectivamente, partimos de algo que ha sido muy elaborado. 

Empezaremos con el lado humano, que era el que abría este post con ese amanecer en blanco y negro. En este bando incluiríamos a las brujas (Ymeda, Enis y Aya), a Loon, a su hermana Senda, a su madre y a su padre. Dejando atrás a las brujas, que son hermanas, como veréis el eco de la familia resuena por todos lados y es que funciona como un Totem o mejor dicho, como esas tallas de madera que aparecen, nada más empezar la historia en Brigada 1, en los aposentos de Ivro, y que veremos que irán viajando, casi mágicamente por toda la trilogía, saltando de viñeta en viñeta, de página en página, hasta llegar a la mano de Loon en ese amanecer tan hablado.

                                               (Viñeta 3, página 46 de Brigada 1).

Yaibed es el encargado de los elfos de traer a los humanos que huyen del Voirandeer y lleva a la madre de Loon y Senda ante las brujas porque quiere tenerlos con ella. En esta viñeta les cuenta, entre otras cosas, que Senda parece tener un poder e Ymeda, la más anciana de las tres brujas, parece interesada en el relato. Por tanto al final del primer tomo, sabemos que Senda es especial, es una niña que no puede hablar pero encierra un misterio, de igual manera que uno de los integrantes de la brigada, Ouar, también. Es un enano mudo pero que tiene mucho que decir.

                                       (Viñetas 2, 3 y 4, página 24 de Brigada 2).

Interesante conexión que como veremos se va desarrollando a medida que la historia vaya desenredándose, sustentada solamente con las miradas ya que ambos actantes no poseen el don de la palabra.

                                      (Viñetas 5, 6 y 7, página 28 de Brigada 2).

Unas páginas más adelante y antes de separarse de los dos jóvenes, Ouar entregará una piedra a Senda y ésta la aceptará sorprendida. El enano sabe algo que quizá la joven desconoce.

                                     (Viñetas 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9, página 29 de Brigada 3).

Esa misma piedra será la que pida Ouar a Senda una vez que llegan a la ciudad regida por las Brujas para liberar al Voirandeer. Como hemos visto una imbricación perfecta que une diferentes objetivos y que allana el misterio, más si cabe, entre ambos personajes alimentando la curiosidad del lector, pero cuidado, este tipo de ejercicios pueden llevarnos a un callejón sin salida, es decir, si no tenemos cuidado a la hora de analizarlos, podremos ir en contra de nuestros propios argumentos. Me explicaré.    

Brigada, en ese sentido, no es un cómic que se pueda leer fácilmente, de hecho el haber tardado tanto tiempo en elaborarse hace que regresemos, una y otra vez, al mismo para poder leerlo en su totalidad. Me acuerdo la primera vez que leí el ansiado tercer capítulo y recuerdo que me causó mucha frustración, no me gustó para nada el final de la historia. Estaba cometiendo un error, Brigada no se puede leer individualmente, como digo, hay que leerlo en conjunto. Dicho esto, además la propia estructura de cada uno y los tres en su conjunto, hacen que tengamos que tener la vista bien atenta en su desarrollo. Para preparar este análisis volví a leerlos y descubrí otra interesante conexión, como la que he explicado un poco más arriba. Esta vez unía dos momentos concretos con dos enanos de la brigada.

                             

                                             (Viñetas 6 y 7, página 25 de Brigada 2).

En este momento, Loon les cuenta lo que ha leído de los pergaminos de Ivro, diciéndoles que la mayoría de las bajas de las otras brigadas era como consecuencia de matarse entre ellos mismos y la última viñeta guarda un cruce de miradas entre Vega y Avian.

                                      (Viñetas 1, 2, 3, 4 y 5, página 44 de Brigada 3).

En esta otra página vemos, efectivamente, eso de lo que hablaba Loon, de matarse entre ellos, Vega apuñala a Avian en la espalda. Los dos momentos alejados temporalmente en su creación pero unidos narrativamente, me parecían asombrosos, pero estaba equivocado. En este post no solo hablaremos de los errores de otros, sino también de los de uno, faltaría más. Y es que el fallo es una equivocación, a quien mata Vega no es a Avian sino a Erwin, de esta manera la conexión salta por los aires, como esa veta que hace detonar la piedra de Ouar.

Pero ya está bien de hablar de la virtud, concentrémonos en el vicio. Estábamos hablando de los humanos de Brigada pero, como ya he recordado, el resto de razas danzan al unísono alrededor del Voirandeer. El cómic empieza con un pequeño Loon escuchando a su robusto padre hablar del Voirandeer para después pasar a la comunidad enana con Ivro como protagonista. El enano está rezando a su familia y en ese momento se le informa de que tiene que capitanear la brigada de un tal Macson. Ivro, ya viejo, solo desea una cosa, más que luchar contra los elfos, más que enfrentarse al Voirandeer, lo que quiere es estar con su familia. Es un personaje roto, herido, de alguna manera, perdido, de hecho no dudará en adentrarse en la niebla para dejar a la brigada huérfana de liderazgo. Es un plan que lo tenía preparado y que el encuentro con Loon, que ha leído mucho los escritos de su padre, parece ser un experto en el Voirandeer, y Senda aceleran su huida.

                                        (Viñetas 3, 4 y 5, página 22 de Brigada 3).

Un joven Ivro entrega a un Loon adolescente unas tallas de madera que representan a su familia y le dice que si ve a su otro Yo, que se la entregue para que se de cuenta de lo importante que es tener una familia alrededor. Loon se le queda mirándolo, pensativo, aceptando el encargo.

                                         (Viñetas 5, 6 y 7, página 56 de Brigada 3).

Las palabras de Ivro resuenan en estas otras tres viñetas, regresando a la página de ese amanecer que hemos citado. Loon no ha cumplido con su pequeña misión de entregar las tallas, pero las mira y sonríe abrazado a su madre y con Senda a su lado. Y sí de la familia que hablaba Ivro no fuese solamente la suya, y sí estaba hablando de la del joven también. Es en este punto donde la luz de ese amanecer también llega al lector en forma de revelación, de anagnórisis si se quiere. La madre de Loon no era muy proclive a que su hijo siguiese los pasos de su padre en el camino de la sabiduría.


                                          (Viñeta 8, página 33 de Brigada 1).

Es más, el bocadillo de la viñeta parece representar la autoridad aplastante de la madre sobre sus hijos, es casi tan grande como ellos, casi puede llegar a engullirlos como si del Voirandeer se tratase, pero parece que la madre ha sufrido un cambio, después de sobrevivir al ataque y al enfrentamiento en la ciudad, ese amanecer la ha transformado, ha evolucionado, como se puede contrastar con las viñetas de arriba. Entre esas palabras enclaustradas en ese bocadillo aparece la del padre y aquí sobresale la confusión.

                                       (Viñeta  6, página 8 de Brigada 2).

En esta viñeta Loon dice a los enanos que su padre desapareció cuando investigaba el pozo de las brujas en la ciudad. Bien, si eso es así, y de hecho el capítulo final nos regala el contexto de los hechos pasados, lo que hizo su padre en el palacio de las brujas y las consecuencias que tuvo, entonces, ¿quién es el personaje que está con Loon, de pequeño al comienzo de Brigada 1?                                              Él lo llama padre y después de su lucha, se supone contra el Voirandeer o lo que trae consigo, muere en el combate, legándole a Loon sus cadenas, sus símbolos, para que la lucha continúe en el futuro. Si no es así, si resulta que no murió, el momento pierde toda su fuerza emocional, ¿qué ha pasado? El único que nos puede ayudar es Enrique Fernández.

                                                        (Página 54 de Brigada 3).

Para acabar tenemos que seguir mirando ese amanecer porque es uno que pertenece a los humanos, pero qué pasa con las otras razas, las autóctonas del reino de la fantasía. Una vez liberada la energía del pozo, una vez que se escapa del mundo a través de la veta que explosiona Ouar, toda la fantasía es succionada a otra realidad. Enanos, elfos, seres de otros mundos, incluso aquellas humanas que han jugado a ser diosas, son barridas por una corriente que limpia aquellos elementos fantasiosos de una supuesta realidad, que a partir de ahora es propiedad del ser humano. No estamos tan lejos del mito, ni de sus creencias, es más, estamos muy cerca de Tolkien o del Bone de Jeff Smith, cuya viñeta final resumen a la perfección ese camino del mito al logos de una manera ejemplar. Aunque yo, personalmente, prefiero quedarme en otra alteridad, una en la que pudo pasar esto otro.

Y este tríptico, sí que es el verdadero final de Brigada. Qué le vamos a hacer a algunos nos gusta convivir con Enanos, Elfos y Dragones, sólo somos bardos.

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