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domingo, 20 de diciembre de 2020

Domingo de viñetas. EL MARCO DE LA AVENTURA. (Y van tres).

 

Hay que diseñar una estrategia nueva para adentrarse en Akbar, hay que retorna a esa historia emblemática de La búsqueda del Pájaro del Tiempo (Serge Le Tendre y Régis Loisel, Dargaud) en su segundo ciclo narrativo que propone una vuelta temporal a su mundo y al de sus actantes, así que hoy a modo de prólogo (re)visitaremos pequeños apuntes de lo que fue su primer ciclo, la búsqueda propiamente dicha, y que cubrí hace un tiempo en este blog pero en otra sección llamada Hoja Apergaminada. Aquí os dejo los enlaces de sus cuatro primeras aventuras. 

 I. La concha de Ramor. La indeterminación como narración visual y gramatical.

 II. El Templo del Olvido. Homenaje al detalle o mirada microscópica a dos maestros.

 III. El maestro. Círculos.

 IV. El Huevo de las Tinieblas. Quiebros.

Bueno y dicho esto, se podría apuntar algo más... ¡pues claro! eso es lo que tienen los clásicos. Lo primero que llama la atención es el puntilloso encaje de bolillos de un ciclo sobre el otro. A esta viñeta del primer álbum:

Le corresponde su desarrollo visual en El amigo Javin, el álbum que abre el segundo ciclo, donde veremos, efectivamente, como se las gasta Bragon, todavía no era caballero, contra la bestia. Pero hay más cosas interesantes, por ejemplo los objetos/objetivos de la trama y la serie de personajes que la van poblando.

Podríamos resaltar el Grimorio, el verdadero catalizador de la búsqueda del Pájaro del Tiempo, que conecta magistralmente con el segundo tomo del segundo ciclo, El libro mágico de los dioses. O personajes de la talla del Rige, actante bisagra del aprendizaje de Bragon de ambos ciclos. En Tras la pista del Rige lo veremos en todo su esplendor. Y esto me hace recordar unas de las cosas que me deslumbró de toda la saga, el ambiente barrocamente envilecido, sosegadamente pesado.

Uno tiene la sensación, observando viñetas como la de arriba, de estar asfixiado por la geografía, uno parece apabullado por la variedad de los detalles, por el misterio de contemplarlos pero al mismo tiempo de quedar totalmente velados sus misterios. Estás contemplando la viñeta en su totalidad, perdiéndote en su interior como si te tragase pero sin tener la completa certeza de su exploración, como que no solo basta la mirada para realizar dicho ejercicio. No es suficiente, el espacio está tan poblado de recovecos que es imposible abarcarlo todo y lo único que nos queda es el regreso, volver a releer la emblemática búsqueda del Pájaro del Tiempo una y otra vez, esperando que la última sea la decisiva, que en la postrera lectura resolvamos el enigma.

Pero hay más, dejando el elemento heroico y de acción a un lado, nos queda también la contemplación de las dudas de los héroes.

Y de esta manera se nos abre un abanico de posibilidades más grande, conformando a los integrantes de la trama ya no sólo en arquetipos sino en seres humanos que piensan, recelan y comente errores como todos, llevándolos a sus últimas consecuencias.


¿Estamos preparados para afrontar el segundo ciclo? El amigo Javin está llamando a nuestra puerta.

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