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domingo, 6 de septiembre de 2020

DOMINGO DE VIÑETAS. VIAJE A LA INFANCIA (III). En Delfos reside la incógnita.

 

Antes que nada, me gustaría dedicar este artículo a Jesús Alonso Iglesias por su trabajo. Bien, al comienzo de este "viaje" escribí que no sé muy bien donde me iba a llevar. Me sentía como el astronauta Bowman (Keir Dullea)  en el tramo final de la enigmática y maravillosa 2001: Una odisea en el espacio. (2001. A Space Odyssey, Stanley Kubrick, USA, 1968). Ya en el anterior post, El accidente, creía otear por dónde podrían ir los tiros. Ineludiblemente, El éxodo de Los Hombrecitos me guiaba hacia mi propio relato. La caída de Dundee bebe mucho de esas primeras viñetas que destaqué, o mejor dicho de la borrachera de su confusión, que me permitiréis no desvelaré de mi novela. Estaba conduciendo por la niebla con un solo faro encendido (la cita no es mía es del gran Neil Gaiman). Dicho esto, hoy hablaré de viñetas pero de una forma muy "sui generis", ya que esta vez no tendrán un enlace directo con el noveno arte, por lo tanto y  curiosamente, hoy no hablaré de cómics, aunque estarán muy presentes. No obstante estas viñetas de las que os hablaré están cargadas de narratividad y por eso no dejan de contar historias, no dejan de imaginar sucesos, no dejan de comunicarnos algo. Viaje a la infancia acaba aquí y lo hace con lo único que puede eliminar a la nostalgia, si en algún momento me dejé llevar por ella fue lógicamente de una manera inconsciente, en cuanto al ataque indiscriminado de los recuerdos, ya que la labor de escritura es una bastante consciente. Y bien, ¿qué es lo que mata a la nostalgia? El presente, sin duda alguna. Este "viaje", por tanto, acaba en sus dominios, en el HOY.

La imagen de más arriba corresponde a la portada de mi primera novela. Decidí buscar ayuda en Jesús porque me había gustado su trabajo en Silhouette (con guion de Víctor Santos, editada por Dolmen Editorial). Cuando escribo ayuda, quiero decir que contraté sus servicios para que me dibujara algo para mi historia de aventuras locas y de subviones. Es decir entablamos un" contrato social". Le envié un fragmento descriptivo y me empezó a enviar dibujos, y aunque todos estaban en estado de bocetos, para mí son maravillosos, compartiré algunos con vosotros pero podéis mirar su proceso de creación si pincháis en su nombre, al comienzo de este artículo. Iréis directamente a su blog La invasión de los Hombres Octubre y descubriréis muchos otros más de este autor.

Elegí un momento concreto que para mí es muy revelador de la historia que quiero construir, que por muchos adjetivos que pongas, utilizando los condicionantes genéricos que uses, no deja de ser una narración de descubrimiento. Le mandé el capítulo donde uno de mis personajes, el típico sidekick del héroe, descubre por casualidad, como todos los buenos descubrimientos, algo que será muy revelador en toda la trama. El personaje en cuestión es Voyage y se encuentra, o más bien, quiere encontrarse porque está perdido en los subterráneos de Dundee. Creo que Jesús tradujo perfectamente todo el misterio y suspense en estos bocetos, auténticos storyboards, del relato. Un personaje está buscando algo y del modo cómo entendió el dibujante mi texto, aproximándose a él, es decir, haciendo un estudio del momento, encontró varias opciones multidisciplinares que son las que vemos, ya no sólo las genuinamente propias de un lenguaje de tebeo sino las del cine por ejemplo. Angulaciones, puntos de vista traseros, la luz como eje central de la visión del sujeto, bueno innumerables trazos para narrar algo. Voyage lo encontró, algo peligroso y salvador al mismo tiempo.

Líneas y sombras, luz y oscuridad. Elementos para disfrutar de un enigma y hablando de misterios, soy un forofo de los mapas. Tengo que decir que en mi segunda novela, me estoy volviendo loco con intentar diseñar uno. Los encuentro herramientas útiles para vivir más, si cabe, la historia que uno quiere contar. En La caída de Dundee, también quería uno y Jesús se prestó.

Tenía que ser uno críptico, porque sería también uno que utilizarían no sólo el lector sino mis personajes. Uno casi cubista donde cada luz representaría una ciudad-cúpula. Ante vosotros está el Mundo Cupular que espero desarrollar en más novelas. Las líneas que veis, son deudoras de las que aparecen en los bocetos, las viñetas, de más arriba. Cosa curiosa, este viaje, y si utilizamos la cronología, ciencia auxiliar histórica que me ayudó en mi primer Domingo de viñetas, me ha hecho recorrer mi infancia, desde que tengo uso de razón y leo cómics hasta la actualidad que leo también otro tipo de cosas. El viaje no deja de ser otro elemento más de conocimiento, un "conócete a ti mismo" que tendríamos que potenciar más. 

Por si os interesa varias señales de este recorrido:

http://lafortalezadenintes.blogspot.com/2013/02/la-caida-de-dundeeix-lo-que-el-teaser.html

http://lafortalezadenintes.blogspot.com/2013/01/la-caida-de-dundee-viii-anclando.html

http://lafortalezadenintes.blogspot.com/2013/02/la-caida-de-dundee-x-anclando-palabras.html

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